La polémica sobre los precios dio ayer otra vuelta de tuerca tras la decisión del Consejo de Administración de elevar un 60% los precios de las entradas desde este domingo hasta el fin de temporada(en las entradas populares, 25 € en fondos y 30 € en preferente); a su vez, se decide la venta de un "miniabono" para los cinco partidos por 40 € en fondos hasta 140 € en Tribuna. En sí, era una medida que se podían haber ahorrado a no ser que haya otro fin para dicha decisión. Ni hacía falta un incremento de precio en las taquillas ni la venta de abonos a esta altura de temporada, cuando sólo falta el último aliento para culminar la salvación con antelación. La subida de precios cuando el Hércules está a punto de conseguir que el resto de temporada sea de puro trámite(un buen deseo si se gana al Lorca y se empata o gana al Levante) no generará mayores taquillas ni acabará de convencer a la gente para comprar una entrada por las antiguas 4000 pesetas para ver un partido que no tendría relevancia alguna para la clasificación; de estar necesitados de puntos seguramente que ese incremento no se habría producido, más bien al contrario. Respecto al mini abono, si la gente no se abonó en julio-agosto ni lo hizo en diciembre, qué razón aseguraría que ahora lo harían. Ni una decisión ni la otra eran necesarias y han acabado por espantar cualquier ingreso "extra": los aficionados del Lorca y los del Elche ya dan por hecho que no vendrán de forma masiva, más cuando la televisión será el factor que acabe por impedir una mayor presencia de espectadores y los de El Ejido y Albacete estarán pendientes de si Punt 2 sigue con las retransmisiones para venir o no.
No es fácil acertar, este problema lo tienen la inmensa mayoría de equipos en todas la categorías; por ejemplo, la política del Málaga de comunicar en julio que los partidos ante Barcelona y Real Madrid tendrán unos precios carísimos para que la gente malacitana se conciencie que es necesario abonarse al equipo blanquiazul por toda la temporada porque sería más rentable; una ley no escrita indica que cuando un partido es retransmitido en abierto(no el PPV), lo lógico es que haya una pequeña rebaja en las entradas para acabar de convencer a los indecisos de que escojan ir al estadio viviendo el ambiente a quedarse en casa; por el contrario, un aumento le hará plantearse quedarse en casa. Quizás los herculanos fieles no nos plantearíamos quedarnos en casa pero hay gente que sí lo hace, gente que no tiene el abono porque ha decidido gastarse un poco menos para acudir al estadio a ver determinados partidos y que se plantean si gastarse más o menos; esa gente suele ser la que se apunta al carro en función del resultado y acabaría pagando ese miniabono si el camino a Primera estuviese claro y visible pero no cuando apenas hay algo en juego(si sigue la actual tendencia, los tres últimos partidos no tendrían relevancia. El final de temporada suele ser difícil de tratar para las directivas: si el equipo va bien, es necesario el apoyo de la gente para dar el último impulso para el ascenso(los 2 € de la entrada para el día del Alcalá); si el equipo va mal, suele decidirse que un abonado tenga una invitación para llevar a alguien para que el equipo reciba el aliento necesario para salir del abismo; si el equipo acaba en tierra de nadie, la directiva no tiene claro lo que hacer y depende de la tendencia que lleve el equipo a la hora de definir los precios. Lo más sencillo hubiera sido dejar todo como estaba, incluso una pequeña rebaja en los precios sería interesante. El tiempo dirá si la medida ha sido acertada o no.
Apunte Con todo, es de halagar el tratamiento "mediático" de Rolando Schiavi desde Argentina. Estuvieron pendientes de aquel penalty ante el Tenerife y el otro día informaron a sus lectores bonaerenses sobre el tanto marcado en Ipurúa.