martes, noviembre 30, 2004

No es fácil


Decía Helenio Herrera que se jugaba mejor con diez que con once, una cruel crítica contra el jugador expulsado. En parte tenía una doble razón: el equipo con diez debía trabajar más y, lo mejor, es que estaba concienciado para ello; en cambio, el equipo con once se sumía en una presión mayor ya que no ganar era algo entendido como un fracaso como se vio el pasado domingo cuando el Benidorm jugó con diez y después con nueve y al no ganar acentuó esa situación. Ejemplos tenemos para bien o para mal. El día del Novelda se jugó con diez durante más de media hora sin Sergio y se ganó con diez y ante el Benidorm, jugando nosotros con once, el Benidorm nos empató. Otro partido que pasará a la historia fue ese Hércules- Orihuela(0-0) de hace dos temporadas cuando los de la Vega Baja se quedaron con ocho y el equipo blanquiazul no lograron batir a Diezma, otro recuerdo fue un Hércules - Mérida cuando Megía Dávila decidió ser protagonista y expulsar a dos jugadores extremeños con 0-1, al final Luismi salvó un punto.

Por lo que he visto de muchos años de fútbol, es lógico que al equipo con once le interesa que al otro equipo se le expulse cuando el resultado ya es desfavorable para el equipo que se queda con nueve ya que si se decide por no recibir más, el partido está ganado salvo fallo garrafal pero si requiere empatar o ganar, el equipo ha de salir de forma abierta y, entonces, se nota la diferencia numérica; sin embargo, si el resultado es favorable a este equipo, al equipo con once se encuentra con una defensa ya numantina con los ocho jugadores de campo impidiendo que entren los delanteros rivales y provocando unos nervios tanto en los jugadores como en la afición si no logran desnivelar el resultado.

Por tanto, del factor psicológico de los jugadores dependerá superar o no una situación "favorable" como es la de ponerse en superioridad numérica. Si están con la confianza debida no debe haber problema ya que tienen la convicción de que tarde o temprano deberá caer el tanto ganador pero, a la inversa, el miedo a no ganar crea una tensión y nubla las ideas como lo demuestra que, en los últimos minutos del domingo, no hay ideas para marcar. Será cuestión de Subirats, o del mister que corresponda, preparar a los jugadores en esta situación porque todo punto es importante para estar arriba.