Decían en un programa deportivo local que el equipo había perdido en estas dos derrotas "sus virtudes" y habían seguido sus defectos. Entre otras cosas, también perdió la suerte que le había acompañado en algún que otro encuentro. Las diferencias entre el partido de ayer ante el Osasuna B y el de hace un par de meses ante el Villajoyosa fue que, en las jugadas de ataque local, el gol entró ayer pero no así en la ciudad deportiva "Calsita" de la localidad alicantina, a pesar de un balón en el larguero. En aquellos días, los equipos rivales no podían marcar los goles que ahora, con toda la facilidad del mundo, pueden marcar y con los efectos devastadores de ayer. Ayer, el "duende" apareció para perder dos puntos y sumir en la vergüenza y la humillación tras empatar ante el colista, que apenas había marcado 3 goles en 11 jornadas, pero que, con ilusión, fue a por el empate ante un equipo que no atacó la puerta local cuando las cosas estaban más fáciles con un 0-1 desde casi el pitido inicial. La suerte apareció ayer para hacer justicia pero lo llamó el mismo Hércules con su desidia como lo demuestra que, con 0-1, apenas atacaron y no tuvieron las ocasiones para apuntillar al equipo osasunista que no había llegado a las inmediaciones de Marrama hasta que faltó media hora para el fin del encuentro. Pero lo peor es que no es nueva esta situación. El empate de ayer nos traslada al recuerdo del día del Sabadell cuando el equipo vallesano marcó el gol de la igualada ante un equipo que se dedicó a dormir el partido en vez de buscar el segundo gol de la victoria. No sabemos si es un bache lo del Hércules o es la simple evolución de los resultados que nos vuelve a recordar tiempos pasados, los del año pasado por estas fechas cuando nueve semanas sin ganar cavaron la "fosa" deportiva de las aspiraciones herculanas. Lo que está claro es que tanta invocación a la suerte acabará hundiendo al equipo porque ésta es aleatoria y le llega a quien lo merece: la tendrá el equipo que va a por el ataque pero no al que juega con, prácticamente, 6 defensas y se decide a echarse atrás y evitar que entren los rivales. De esa manera, lo lógico es que la suerte acabe aliada con el rival... y, para tenerla a favor, se han de comprar todos los números para que toque.
Lea la crónica del partido de ayer, Osasuna B 1-1 Hércules