La derrota del sábado pasado ha dejado un poso de tristeza entre la afición, sobre todo los asistentes al "Ciutat de València", y ha devuelto la "eterna" confrontación entre "graneristas" y "antigraneristas": resultados versus "sensaciones". Aún así, la derrota debe tomarse con un poco de tranquilidad y a la espera de que los jugadores quieran mostrar ganas de convencer a la gente, de que desean mostrar mejor imagen, en definitiva, que la afición vea que lo del sábado fue accidente. Para aportar un poquito de optimismo os pongo aquí dos partidos que nos marcaron porque fueron derrotas dolorosas y contundentes pero que sirvieron de mucho: la forma inmejorable de bajar de las nubes...para volver a subirse a ellas. ¿Alguien se acuerda cuando el mejor Hércules de los últimos tiempos perdió 5-2 con el Sporting Mahonés? Era el año 1.993, cuatro semanas antes de terminar la liga, y el equipo era derrotado por un equipo que bajaría ese año; el presidente Aniceto Benito estaba más enfadado que nunca pero el equipo remontó ese varapalo... y subió dos meses después a 2ª en una promoción de ensueño. La otra derrota fue un terrible 4-1 en San Mamés, ante un Bilbao B que tuvo su tarde, especialmente Bolo, pero que motivó a los jugadores herculanos de tal manera que fulminaron, indignados por la puya sufrida, al Rayo Vallecano en la Copa del Rey, en Vallecas y dando la sorpresa en medios nacionales porque un equipo de 2ª eliminaba a un 1ª en la casa del equipo de superior categoría, ganaron al Badajoz y tuvieron una racha buena aunque corta. Estos dos ejemplos ,válidos por ser año de ascenso, se obtuvieron también porque los jugadores y técnicos de esas temporadas tenían algo que no tiene este equipo. Ni Granero es Quique Hernández o Manolo Jiménez- hablando de motivar jugadores-, ni esta plantilla tiene la garra que tenían los de esos años.
La derrota útil es, sin duda, el sueño de un entrenador en caso de que la derrota sea merecida y justa. Es una aseveración fuerte pero con razón. Una derrota contundente tiene efectos de catarsis colectiva que han generado efectos positivos... siempre que el entrenador sepa conducir los sentimientos de "vendetta", recuperar el ánimo de los jugadores.