Una jugada medio trenzada, un balón que llega a los pies de Eduardo Rodríguez, avanza el sanluqueño, cede el esférico a Sigüenza para que el ilicitano lo golpee certeramente a media altura al portero local y entrar en la portería del conjunto blanquinegro. Era el tanto que suponía certificar el ascenso a Primera tras la friolera de diez años desde aquel último encuentro en el vestusto campo de El Sardinero, allá por finales de abril del 86. Doce años entre ascensos, sin más alegría que aquella victoria en el Bernabeu y el ascenso en Las Palmas- que suponía el regreso a la categoría de Plata- era demasiado para minar la moral de cualquier aficionado pero esa temporada de Quique Hernández y una plantilla inolvidable recuperaron un ambiente de euforia que se echaba de menos desde aquel inicio de temporada en 2ªB(89/90) y con muy buenas afluencias gracias a tres meses sin perder en competición liguera. Tras un año en el que se rozó el ascenso, donde las dos derrotas ante el Leganés impidieron jugar la promoción de ascenso, y otro más de transición, se llegó a esa tercera temporada que acabó siendo triunfal aunque hubo un lunar negro que acabó minando el futuro posterior: la firma de un contrato de imagen con Antena 3 TV, en su día propiedad de Antonio Asensio, y que acabó como ya sabemos. Por aquel entonces, pocos osaron mencionar la posible entrada accionarial bajo la firma del contrato; sin embargo, esa firma llegó en el período más exitoso de aquella 95/96 y poca gente le dio mayor importancia. El ascenso llegó de una manera insultante, casi se puede decir que poco valorada y es lógico: llegaba un imbatido Toledo y recibía cuatro tantos en los primeros veinte minutos, el 0-6 en Villarreal, equipos como Alavés(6-2), Logroñés(5-1) o Real Madrid B(4-1) eran vapuleados sin piedad, etc. El ascenso llegó de la forma más clara y evidente, sobre todo, en comparación con otros logros más sufridos. Era tan evidente el ascenso que muy pocos valientes acudieron a Badajoz para vivirlo "in situ" mientras el resto rondaba Luceros antes de que terminara el encuentro. Mañana, 27 de abril, habrán pasado diez años de aquella tarde que permitió a una entidad levantar la cabeza en la bautizada Liga de las Estrellas, una gesta que alegró a miles de herculanos pero, especialmente y así lo reconoció Rodríguez, los cinco mil que sufrieron las penalidades de la 2ªB.
De estos diez años, poco que decir. El equipo, al igual que en la década de los ochenta seguía el mismo camino: descenso a segunda, temporada discreta(86/87 y 97/98) descenso cuando se esperaba otro "resultado"(87/88 y 98/99), periplo extenso en 2ªB(cinco años entre finales de los ochenta y principios de los noventa vs. seis años en esta década en pleno siglo XXI), el mismo ciclo. Con el ascenso parecía recuperarse el ambiente de ilusión pero, entre unas cosas y otras, se ha ido medio apareciendo al igual que el Guadiana que pasa por Badajoz: días de pesimismo entrelazados con partidos en los que la afición ha sido el jugador número doce. También es cierto que en esta temporada hemos pasado del cero(inicio de competición tras mala pretemporada) al infinito(acostarse un sábado en puestos de ascenso) para volver al cero(tremenda racha de diez partidos sin ganar y que colocaron al equipo en peligro) e intentar levantarse y eso tampoco es que aclare mucho el panorama. Si a eso le unimos un embrollo extradeportivo con dos máximos accionistas que no encontrarán un punto de entendimiento, el temor es comprensible. Pero bueno, este es un artículo que quiere rememorar aquella calurosa tarde de sábado, cuando un delantero de Elche, al igual que Nano, colocaba al Hércules entre los mejores. Recordar estas gestas tiene algo de masoquista pero también de ilusión: masoquista por revivir una enorme alegría cuando se está sufriendo en muchos sentidos, e ilusión porque llegue ese día que sirva para, en un futuro, volver a recordar cuando fuimos inmensamente felices.
Apunte nostálgico Siguiendo en esta línea de sufrir rememorando ese ascenso en Badajoz, leer en la actualidad aquel extra que publicó el diario INFORMACIÓN es algo emotivo: desde esa columna de Vicente Crespo(e.p.d.) donde insistía que había de mantenerse en Primera por "lo civil o por lo criminal" hasta unas entrevistas de aquellos jugadores que, por un día, alegraron a miles de herculanos y a otros, por su juventud, su primera gran fiesta herculana.