Domingo por la tarde, hacía unos pocos minutos que el colegiado había pitado el final del partido, y el pensamiento que tuve, en ese momento, era que el divorcio entre la grada herculana y el técnico había superado con creces ese punto sin retorno. No era baladí el asunto. Tras marcar Tarí el gol que ponía el marcador en el definitivo 3-2, la afición empezó a clamar de forma casi unánime ese “Siviero vete ya”. Se había sufrido demasiado a lo largo del partido y ese canto dejaba bien a las claras que el resultado ya no era un factor “salvador”. Un cántico habitual de un gol en contra y que, a favor, se ve especialmente amplificado; de hecho, un tuit de la cuenta asociada a este blog “Telica…desde Mandiá no había visto algo igual” apelaba al recuerdo de aquel Hércules CF-Real Madrid Castilla en la temporada 2012/13, en el que público gritaba lo de “Mandiá, vete ya” con cada gol que marcaba el Hércules. Aunque ya se había medio percibido un mes en otro gol local ante el Girona CF, esa tarde-noche de lunes fue sintomática y, de hecho, dos semanas después fue destituido con un empate a cero ante el Deportivo Guadalajara. Incluso, en esas jornadas, la antipatía de la grada con el técnico lucense era considerablemente extradeportiva y compartida con la doble P(Peña y Portillo) cada vez que se cantaban las alineaciones al comienzo del partido. Con Siviero, sin embargo, no había nada contra el técnico argentino; sólo los resultados fueron responsables, junto a malas decisiones de banquillo, de un fin que se aceleró porque no se quería repetir lo del año pasado.
Ni siquiera la salida al terreno de juego de Vilanova en el once ideal(con gol de cabeza) y Tarí al final del partido salvó el cuello de un técnico que llegó con una plantilla que, en teoría, era equilibrada y que, al final, no ha conseguido darle el rendimiento esperado. Entre roturas musculares y malas decisiones de banquillo de forma continuada han provocado un final que, desde el día del Badalona era esperado. Ya ese día después, comentaba que esos pañuelos blancos(que, ni siquiera, había visto en otros ceses) eran sintomáticos de un divorcio que ayer, como comentaba al inicio, era inevitable. Haber mantenido al técnico no hubiera valido para nada: él ya sabía que, cuando la grada hace la cruz a un entrenador, el cese es definitivo.
Y eso que hubo cinco goles, mucho sufrimiento al final del partido pero, lo más importante, muy pocas ideas. Juan Carlos Ramírez laceraba el ambiente con una realidad palmaria: un rival más difícil se hubiera llevado los tres puntos con el juego desplegado. Muchos jugadores no rinden y tampoco transmiten a la grada(Checa, Gaspar o Miñano recibieron más críticas que aplausos) y eso se percibía en un partido bastante desesperante. Afortunadamente, el gol sirvió para sumar tres puntos sin tener la sensación de que la victoria escondía un partido carente de fundamentos para ser optimista. Aunque esta temporada decidí hacer un “descanso” tras la agotadora tensión “contra” Tevenet, sí que he sentido que la gente tenía miedo de celebrar una victoria que sólo podía significar la continuidad del entrenador(mira, como yo el año pasado) y que, ayer, con el gol de Tarí temía la enésima ratificación.
Apunte. Eso sí, no quiero dejar pasar la inolvidable mañana que se pasó con amigos herculanos en el acto relizado en la calle San Francisco, 40. Una placa que se hizo pública en honor al fundador del Hércules CF, Vicente Pastor de la Llosa Alfosea “El Chepa” y fruto de una gran labor realizada por la Asociación Herculanos y la ayuda del Ayuntamiento para llevarla a cabo.