domingo, octubre 29, 2017

Cuestión de creer

Hace unos años, Quique Hernández comentaba en una rueda de prensa post-partido que "Hay que hacer un acto de fe y creer en lo que no se ve". Era su tercer partido como entrenador y con un bagaje doloroso de una derrota a domicilio en Ponferrada  y dos derrotas en casa(1-5 Xerez y 0-2 UD Las Palmas). No se vislumbraba reacción tras la sustitución del entrenador anterior. Sólo en la segunda vuelta conseiguió revertir la situación y salvar al Hércules CF del descenso al que iba encaminado. Unos años antes, Juan Carlos Mandiá llevaba una victoria de seis partidos disputado con el equipo blanquiazul...antes de encontrarse con ese punto de inflexión que supuso la victoria ante el Alicante CF. En ambos casos, se logró el objetivo a pesar de un comienzo frío del nuevo entrenador.

Viene todo a cuento del muy discreto partido disputado hoy ante un conjunto que estaba en las posiciones de descenso, que se ha acabado ganando por suerte y algo de perseverancia. Con todo, sería malo que la victoria hiciera olvidar que todo el equipo se fue, por ejemplo, a vestuarios una hora antes entre pitidos. Fue muy infumable de principio a fin. Sí hubo mucho voluntarismo, muchas ganas de agradar pero no encontraban la vía de tranquilizar el partido con un gol. Se pretendía intensidad y todo lo que se encontró fue una sucesión de jugadas sin mucho sentido y con mucha ansiedad.

Decía Claudio-según informadores locales- que "parecía que los jugadores llevaran un cinturón de plomo en la cintura". Posiblemente, en ese sentido, sí que puedo estar de acuerdo con esa apreciación pero también se deberá trabajar por parte del entrenador. En esta semana que empieza, se encuentra Claudio Barragán con dos partidos importantes: el líder(en el que sí creo que veremos un Hércules mejor por el tema de motivación) y, sobre todo, At. Baleares en siete días.


Apunte. Quizás probando el "éxito" del grito de hace dos semanas, el público se dirigió contra el director deportivo Javier Portillo pero me da que, en esta ocasión, acabará siendo baldío. De todas maneras, todo sigue en la misma línea de siempre. A poco que el equipo consiga obtener varios resultados positivos consecutivos, la gente volverá a olvidarse de la gente de arriba. Ya pasó con Barroso.