Hace unas
semanas, tras la victoria ante la selección “azzurra” se llegó a plantear, más
a nivel de medios de comunicación, la necesidad de crear una sede fija para los
partidos de la selección. Justo es reconocer que se fueron reduciendo las
pretensiones para limitarlo a determinados partidos. Con el tiempo, de forma
tácita, algunos partidos importantes se acabarán disputando en estadios como el
Santiago Bernabéu o el mismo Wanda que Cerezo aportó como opción. Es entendible
que sea de esa forma…sin considerarlo
como sede única. Aunque hace años hubo futbolistas partidarios de una única
sede, al menos es acertada la decisión de no establecer un lugar fijo y sí
desplazarse por el resto del país, como modo de conseguir llevar a la selección
por todas partes de España. Cada país, según su idiosincrasia, decide jugar los partidos oficiales de clasificación
en un determinado campo o rota para que el resto de país se sienta más unido.
Afortunadamente,
España dejó la sede fija de Sevilla para partidos oficiales hace bastante
tiempo. Tras varias fases clasificatorias(tres de Mundial-1986,1990 y 1994- y dos
europeos-1988 y 1992) en la que la sede
se repartía entre el Benito Villamarín y el Ramón Sánchez Pizjuán, la primera
vez que se fue de tierras hispalenses, era para jugar ante Chipre en el nuevo
campo de los Cármenes, en 1995. Se abrió, desde entonces, la mano para disputar
partidos de verdad en otras ciudades. Aunque los amistosos eran propicios para
ir a los rincones de España, el premio de ser sede de un partido ya de tipo
oficial daba algo más de estatus. Desde entonces, la RFEF ha ido dando sedes diferentes
en función de la entidad del rival, buscando que los decisivos se acaben disputando en campos que permitan
más presencia de aficionados por los puntos en juego(no es queja, es
entendible), dejando otros rivales menores a campos más fáciles de llenar por
su aforo o por la situación deportiva de los equipos locales, que son menos
afortunados por no ver a la élite cada quince días. Seamos realistas, no veo un
estadio Santiago Bernabeu llenándose en un España-Liechtenstein pero sí en León.
Alicante se une a la mencionada León, Granada, Gijón y Madrid como las sedes
del clasificatorio del Mundial 2018. Irónicamente, el estadio José Rico Pérez hubiera
sido sede de haber prosperado esa opción de Mundial conjunto con Portugal en
2018.
Ojalá,
cualquier cambio que ocurra en la dirección de la RFEF mantenga esta rotación de
partidos oficiales a lo largo de un país eminentemente futbolístico.
Apunte. Aunque
será propio de un artículo cuando marche la selección de Alicante y pasado un
tiempo, no voy a negar que hay un enfado justificado en el herculanismo debido
a un mal uso de su “nuevo logo”.