Mientras que el Hércules está en su última semana de ampliación de
capital, en la cadena televisiva Cuatro se comenzó a emitir hace unos
diez días “Negocios al límite”. En sí, es curiosa la tendencia última a
realizar este tipo de programas que tienen mucho de show y poco de
“chicha”.Ya Alberto Chicote nos trajo la versión castiza de
esa“Pesadilla en la cocina” que, en su día, disfruté con Gordon Ramsay y
los restaurantes yanquis. La mecánica es muy parecida en todos los
programas: llega el coach, ve el desastre, realiza unas primeras medidas
que no suelen tener éxito porque el propietario del negocio suele
actuar con una actitud (a veces, creo exagerada) que explica el
desastre, luego habla el coach con esa persona mientras, por otra parte,
le hacen una reforma drástica del local (con la sensación personal de
creer que “no se la merece”) y un reestreno aceptable.
Como comprenderán, cuando uno ve ese tipo de programas de coachs,
no duda en imaginarse cómo sería si se hiciera un programa con clubes de
fútbol y, con más motivo, en este Hércules que también va al límite en
su situación económica. Con un exceso de confianza porque es cierto que
este club las ha pasado de todos los colores con el tema económico.
Ahora lo vemos más complicado porque se dan unas circunstancias(no es
tan fácil que dejen el cargo los que están mandando como antaño) pero
imagino que igual de grave.
Pero el problema del Hércules, si estuviera un coach del estilo de
Beatriz de la Iglesia, apuntaría a más direcciones. Miraría la capacidad
de generar ingresos “atípicos” que, en el mundo actual, son mucho más
“típicos” (merchandising, anuncios de la U televisiva, videomarcador
(camino de dos temporadas con la pantalla “tocada”, patrocinios);
recomendaría una mayor apuesta por la cantera porque el futuro del
Hércules concursal (sí, salió pero está con el convenio) pasa por los
Eldin, Carbonell, Sugi, Alex Muñoz o Buigues) para que sea más ambiciosa
y vaya más allá cuando las cosas fueran bien. Recomendaría la
continuidad del entrenador aprovechando cierta estabilidad deportiva. Y,
por último, le recomendaría al presidente que sea más humano, que
entienda que los aficionados no son simples ubres para sacar el dinero:
que sepa mimarlos porque son los “clientes” más fieles que una empresa
puede tener…, pero que los va perdiendo con medidas nada acertadas (a
estas alturas, más de un avispado, ve que lo más fácil es ver 8-10
partidos a base de invitaciones de algún amigo abonado y sin pasar por
taquilla. Luego, vendría el tema de los números, de los pagos exigidos
por el convenio más los generados en ese año, de los presupuestos
exiguos que tienen el objetivo de lograr el equilibrio que siempre tuvo
que tener las cuentas del club.
Apunte Hace una semana de la dimisión del presidente del F.C. Barcelona, Sandro Rosell, y las cosas siguen empantanadas. Con un problema que se ha añadido al asunto Neymar como es el de La Masía(MCM), el interés por la ciudad condal es más extradeportivo que otra cosa.