Veinticuatro
puntos en la segunda vuelta, cuarto encuentro sin recibir gol, meter
algo de presión al Real Murcia en su encuentro ante la U.D. Almería.
Si alguien nos hubiera comentado, antes del día 11 de marzo, que el
Hércules estaría la segunda semana fuera de puestos de descenso,
nadie se lo creería. Octavo partido sin perder, la racha definitiva,
posiblemente. Aún quedan jornadas pero el equipo ha logrado una
buena reacción y también se ha quitado un poco el resquemor del
empate en Jerez de la Frontera.
Una
victoria que llegó en los instantes finales: centro de Cortés al
área grande, el esférico fue mal despejado-con especial
colaboración del guardameta local- a la frontal...y Paglialunga, con
todo el alma, logró el 0-1 que rompió 38 años sin vencer en
Gijón. Era necesario que se culminara un buen partido: control en la
primera parte, sin muchas ocasiones en ambos rivales, mientras que la
segunda parte fue blanquiazul a pesar del poste de David Rodríguez.Se
veía más facilidad para llegar a las inmediaciones de la portería
de Cuéllar. Sí, el Sporting tuvo algunas ocasiones que la madera
repelió(la ocasión de Canella o David Rodríguez) o la actuación
de la zaga blanquiazul que, afortunadamente, dista de ser la de la
primera vuelta. Incluso, algún error escaso ya no daba por resultado
ese amargo gol en contra. Se veía más actitud ofensiva, más
convencimiento que era la ocasión para ganar en un sitio con un
nivel extraño de crispación. Sí, perdieron en las últimas
jornadas el camino del play-off pero el conjunto gijonés lo había
pasado mal en la primera vuelta como, para ahora, mostrarse tan
ofendido. Los jugadores alicantinos creyeron y obtuvieron el
resultado que les hace volver a Alicante con especial confianza.
Ahora
llegan los encuentros claves: S.D. Huesca, Recreativo de Huelva y
C.D. Mirandés. Dos partidos en casa con rivales directos y con una
sensación que hace concebir muchas esperanzas en las próximas
jornadas.
Apunte.
Ayer se cumplía diecisiete
años del ascenso en Badajoz. Ese gol de Sigüenza aún sigue en el
corazón de muchos herculanos treintañeros como el logro de la
culminación de esa Herculesmanía que Quique Hernández consiguió
cimentar con las dos temporadas exitosas(92/93 y 93/94).