Cuando
el central cordobesista logró hacer un requiebro al “9”
blanquiazul hubo unos pocos aplausos pero llamativos. Que Francisco
Javier Portillo no sea, tras 13 goles, bien recibido por cierta parte
de la grada es algo archisabido a estas alturas. Tras dieciocho
partidos, su nombre sigue siendo ejemplo de división cuando es
mencionado por la megafonía al anunciar el once titular. La jugada
mencionada, casi al final del partido, dejó un poso de mosqueo al
jugador.
Lo
que es cierto es que hubo una época en la temporada en el que las
críticas desaparecieron en cierta medida, se disiparon. No
significaba ello que mutasen en aplausos y autos de fe pero había
paz en el ambiente. Sin embargo, ese penalty “a lo Panenka”
contra el Villarreal C.F. volvió a recordar viejos tiempos. Los
siguientes partidos han sido frustrantes para el delantero madrileño
que no marca desde el 3-1 al C.d'Esports Sabadell, hace un mes. Seis
partidos en los que, además, se ha visto superado por un Braulio
Nóbrega que había recuperado distancias.
Portillo
está viviendo, al máximo grado, la exigencia que requiere ser
delantero. Sabemos que los delanteros viven de rachas: las terribles
de fallar todo lo que reciben en sus botas, las buenas de marcar con
facilidad la meta local. Logró marcar en cuatro jornadas
consecutivas(16ª a 19ª jornada), colaboró aquellas tres victorias
caseras que comenzaron la remontada. Pero también ha tenido errores
que no han ayudado a su complicada situación, que todos sabemos que
viene derivada de unos ciertos hechos allá por junio. Fue el arma
arrojadiza que se cargó el proyecto existente(los hechos los
demuestran). El arma porque había un deseo de romperlo en mil
pedazos y buscaron un objeto punzante, un jugador despedido en junio
del año anterior, en 2011. Es por ello que si un delantero tiene una
exigencia máxima, que es marcar goles y crear ocasiones, en Portillo
se magnifica esa obligación, especialmente en el estadio José Rico
Pérez.
Apunte
Quizás fuera la mosca tras la oreja de Klopp, el entrenador del
Borussia Dortmund, pero el tema Götze puede explicar tanto el
“choteo” contra Jupp Heynckes hace una semana como la respuesta
del Bayern de Munich de anunciar el fichaje del futbolista, horas
antes de jugársela el Borussia contra el Real Madrid.