No es un deseo expreso de contar con el
ariete vasco-también dudo que, desde Ponferrada, dejasen que
volviera- pero sí mirar como esa decisión ha hecho infelices a
todos: por un lado, el equipo no puede contar con un jugador que el
año pasado ya rindió ante las ausencias de Braulio, Portillo (
porque apenas se nota su presencia en el césped); por otra parte, el
delantero vasco quizás pudiera haber rendido, haber contado más
minutos que en Ponferrada. Ahora, el club, atenazado por las deudas y
en procedimiento concursal, necesita reforzarse con un delantero,
pues ya sólo quedan Portillo y Adrián Sardinero tras la última
lesión de Gilvan Gomes. Ahora es cuando se recuerda ese viernes en
el que se prescindía de un “9” que no era un Messi, un
Cristiano ni un Van Basten pero sí tenía la eficacia de un Julio
Salinas(sí fallaba bastante, pero superaba la decena de goles allá
donde iba). Un jugador que ya, el año pasado, tuvo que suplir las
constantes ausencia de David Aganzo y contaba con buena parte del
apoyo de la grada, de aquellos que sabíamos donde estábamos y a lo
que se podía ambicionar con los recursos disponibles.
Se quiera o no, el estilo Urko(jugador destacado de 2ªB) es el que se debe de buscar tras los fracasos como los de Aganzo, Braulio, Trézéguet(en la segunda vuelta, demasiado costoso para el rendimiento que generó). Ese esl destino. Seguro que, entre 1.900 jugadores de la categoría de bronce, está ese Eduardo Rodríguez, procedente del C.D. Badajoz. Sólo es cuestión de buscar. Otra cosa son las ganas de trabajar.
Apunte. Que los grandes como el Real
Madrid o el F.C. Barcelona se quejen de los arbitrajes suena a
chiste. Un perjuicio combinado con cuatro o cinco acciones de
“beneficio” es lo que suele ocurrir con los grandes. Lo terrible
es que sus lamentos suenan más que el de muchos clubes que se ven
arrollados una tras otra vez por los de “negro”.