domingo, noviembre 11, 2012

Espacio para la desesperanza

Hubo una época en la que la gente deseaba que pasaran dos semanas para ir al estadio, incluso en temporadas discretas. Era ese pequeño momento de "relax", olvidarse de todo y, si se podía, disfrutar de un buen juego. Ese instante en el que, si había suerte, podías disfrutar de buenas tertulias deportivas con gente conocida mientras observabas el desarrollo del partido. Pues bien, este año están empezando a lograr, desde los despachos y desde el terreno de juego, que ir al estadio sea como ir al dentista. Con todo el cariño, porque uno siente los colores mucho más que ciertos jugadores que siguen sin demostrar, al menos, ese puntito de orgullo.

Otra derrota que se une a un amplio elenco(una victoria en siete partidos, cuatro puntos, seis goles a favor y diecisiete en contra en Alicante) de desastres sin paliativos. Se esperaba una reacción con el cambio de entrenador pero este equipo está tocado mentalmente y cogido con finos hilos que se pueden romper en cualquier instante. Me duele por Quique Hernández y Moisés porque vinieron con ilusión pero cuando se hacen mal las cosas, este es el resultado. Lo peor es la sensación de ridículo, de ver que si la U.D. Las Palmas hubiese estado afortunado, el resultado de la semana pasada se hubiera repetido...¡o superado!. Sí, no era ya tema de ocasiones, era de ver, de primera mano, como Dani Castellano superaba constantemente a Arbilla, como Thievy amargaba a Cabrera. Un constante peligro. Mofa en forma de palabras del entrenador del conjunto canario, Sergio Lobera, hablando confiado que el Hércules saldría de ahí y que sólo buscaba darse más mérito en una victoria que, desde la grada, se vio "fácil". 

El espacio tan amplio que encontró Nauzet Alemán para entrar en el área grande herculana y fusilar a Falcón en el minuto 6 es el que define la desesperanza, el hecho de ver que este Hércules C.F. es muy débil de ánimo. El conjunto canario apenas necesitó esfuerzo para frenar a un equipo que no encontraba ideas para atacar la meta visitante y que veía atrás a una zaga que demostró su peligro en el segundo gol canario que dejó el balón a Thievy, que falló el mano a mano con Falcón pero el esférico llegaba al extremo canario para ceder a Javi Guerrero, sentenciando el encuentro. Muy poco inquietó el Hércules en esta primera parte. La segunda parte parecía coger la línea de la semana pasada pero el penalty lo erró Momo cuando apenas llevaban tres minutos en el terreno de juego. Minuto a minuto se veía impotencia, imprecisiones en los pases(el centro del campo fue inexistente durante los 90 minutos) y fallos. A pesar de mi escrito del otro día(Creer, creer y creer), veo que la plantilla no tiene esa capacidad. Un conjunto muerto, que quizás tenga suerte en algún momento de algún partido pero que sigue siendo muy endeble anímicamente.


Apunte Curioso que el club anunciara en megafonía la posibilidad de acceso a las gradas cubiertas cuando ya la inmensa mayoría de los escasos valientes(cerca de 4.000 aficionados en situación de malos resultados y pre-alarma meteorológica) estaba ya aposentada en dichas gradas. Por cierto, por dignidad, no se mencionó el nº de espectadores en la grada.