Sí, sólo se ha sumado uno en el casillero por el empate obtenido ante el Sporting de Gijón pero hay dos más que son dignos de tener en cuenta para el futuro herculano en la categoría: uno de esos puntos ya se pude ver en Córdoba, se mantuvo ayer y se llama "suerte"; el otro punto fue poder remontar un partido en el que el rival se ponía por delante. Vayamos por partes. La suerte va y viene. Tanto en Córdoba como ayer se podía haber perdido fácilmente y ante un rival que tuvo más ocasiones ante Falcón en comparación con las que disponían los blanquiazules. De no sumar nada se ha pasado a sumar cuatro puntos que nos mantienen aún en liza y no descolgados(una derrota del Huesca los mantendría a tiro nuestro la próxima semana). Está claro que la suerte no va a quedarse en Alicante pero será bueno que el equipo esté fortalecido cuando se vaya ese toque de fortuna que nos acompaña en estas dos semanas. Pero si hay un punto importante es ese gol de Sarpong-criticado hasta ese momento- que supone un hito en esta temporada: es la primera vez en esta temporada que un gol blanquiazul sirve para remontar, aunque parcialmente, una desventaja. Hasta el día antes del partido con los gijoneses, los diez goles habían servido para ganar tres partidos por 2-1(2-1 en casa y dos veces 1-2), para nada(el 2-4 del Castilla cuando se iba ganado 2-0) y para recortar distancias pero nunca se había podido evitar una derrota con un gol hasta el tanto de Sarpong. Ese es el punto más importante de ayer, más allá del que se ha sumado en el casillero. El mejor empate posible aunque una victoria hubiera sido más completa mas, en la situación herculana, hay que darlo por importante. No es un 1-0 que se transforma en 1-1 con mal sabor de boca. Es vital porque esa lacra que ha hundido, entre otras cosas, a los blanquiazules ha sido no poder remontar, lo que hacía que, tras un gol en contra, hubiese desmoralización. Ahora, un gol en contra no debe implicar nada negativo. Ayer se pudo ver que hay que seguir compitiendo en esa línea y saber que sólo se pierde en el ultimo instante y no creer que, porque ha marcado el rival en el minuto 5, no debe implicar perder necesariamente.
Sobre el partido de ayer, una primera parte igualada con buenas ocasiones por ambas partes que se iban respondiendo una a otra. A una ocasión de Sardinero con ese tiro cruzado en exceso, el disparo de Bilic a los guantes de Falcón; ante el disparo de falta de Bedia, el gol de David Rodríguez por toda la escuadra gracias al centro de Trejo. En esos momentos el miedo atenazaba la grada pero la respuesta blanquiazul no tardó en llegar con el tanto de Sarpong, que aprovechaba un fallo de Gregory y batía a Juan Pablo en el mano a mano. Respiró la afición con el tanto y con llegar al descanso "vivos". La segunda parte fue de menos calidad por ambas partes. El Sporting creaba peligro con sus llegadas aunque tampoco hubo paradas de mérito de Falcón. ¿Por qué creaba peligro si no hubo ocasiones de verdad? Porque había un central que estuvo en un tris de marcar un gol en propia puerta, de complicarse la vida en otras dos ocasiones. Arriba, el Hércules no ofreció mucho peligro con un Portillo que ya no era el de la primera parte, porque ya no tenía el físico para mucho. El punto es bueno o lo será si se suma una victoria en Huesca o, al menos, seguir mostrando mejoría que haga creer en milagros.
Apunte Eso sí, los resultados de los rivales llevaron al conjunto blanquiazul a estar en el último puesto de la clasificación. Pero lo que importa es estar fuera de puestos de descenso en la jornada 42º. Y si es antes, mejor.