El partido ha sido un claro reflejo de la temporada que ha realizado el Hércules en esta temporada. Un inicio fulgurante, un juego controlado en el ecuador de la primera parte y dos goles de un veterano como Sendoa que, una vez más, ha demostrado que la primera división le ha llegado tarde y que, por tanto, no ha tenido esa suerte que se merecía pero, al menos, ha podido pisar la primera división y se irá con un bagaje similar al de aquél que tenía que ser el titular en la banda izquierda. Ha sido el interior vasco lo único positivo de un encuentro en el que se interpretaron unos papeles como en la temporada: donde Djukic ejerció el papel de Ortiz al tardar en sacar a Tiago Gomes, que sería como Esteban Vigo, para poner a Nelson Valdez(ya es mala suerte bajar a 2ª cuando tu ex equipo gana la Bundesliga) que sería como el técnico serbio al llegar tarde. Todo ha ido a pique en esta temporada como en el encuentro, como no se capta el mensaje del 2-1 y se sigue jugando con fuego hasta que un contraataque iguala el choque. Cuando el resultado coloca virtualmente al equipo en 2ª, Valdez sale para jugar en pleno desquiciamiento de los jugadores que se ponen a jugar con el corazón y no con la cabeza hasta que el colegiado señalaba el final del encuentro y de la presencia del Hércules en 2ª división.
Se desciende con partidos como el acontecido hoy. Se tenía ganado el partido ante un rival que parecía estar de vacaciones, sin apenas inquietar a un Piet Velthuizen que regresaba a la portería blanquiazul. Los dos goles de Sendoa parecía que serían suficientes para pensar en ir al Vicente Calderón con ilusión por mantener la esperanza de jugarse algo en la última jornada de Liga. Ya el descanso, con el cambio de Fritzler por Farinós, comenzaba a torcerse la torre; el partido seguía con los mismos derroteros que en la primera parte y Djukic daba la oportunidad a Luis Carlos, un canterano, para jugar en el primer equipo. Poco se barruntaba el peligro pero, poco a poco, entre la intensidad balear y la tendencia a echarse para atrás por parte de los pupilos de Djukic hizo el resto. Y eso que el Hércules tuvo en dos ocasiones de Trézeguet el 3-0 pero el 2-1 de Casadesús debió de haber servido para recordar el peligro de otro gol. Poco después, el 2-2 de Webó provocó el enojo de la afición que veía el cambio de Tiago por Nelson Valdez casi un cuarto de hora antes. La sustitución llegaba en el peor instante, pues el paraguayo habría hecho más daño con la ventaja en el marcador pero, con 2-2, lo que vio el dorsal 20 fue mucha imprecisión y miedo. Se acabó lo que se daba y aún quedan dos semanas que, por cierto, servirán para que los jugadores-plañideras se autoinculpen con lágrimas por el descenso.
Apunte: Un sentido apoyo hacia la cercana ciudad de Lorca. Sí, está lejos en la distancia pero hoy está más cerca que nunca tras el terremoto y sus réplicas que han dejado ruina y muerte.