domingo, mayo 29, 2011

Temporada 2010/11

Partidos:38(628)
Victorias:9 (184)
Empates: 8 (149)
Derrotas: 21 (295)
Goles a favor: 36 (716)
Goles en contra: 60(1.050)
Puntos :35 (538)

Ocupó el puesto 19º en la clasificación siendo la mejor clasificación el octavo puesto alcanzado en la quinta jornada mientras el peor fue el 20º en la jornada 29ª.

Jugador con más partidos: Calatayud,Abel Aguilar y Cortés(34 partidos)
Máximo goleador: Trézéguet(12 goles).
Mayor victoria: Hércules 4-1 Athco. de Madrid
Mayor derrota: Hércules 0-4 C.At. Osasuna

Comenzaba el Hércules con nuevos bríos este paso por la élite tras el largo período de 13 años desde el último encuentro en 1ª. A pesar de la primera derrota ante el Athletic de Bilbao, las perspectivas eran positivas tras la presencia de un trío de jugadores destinados a marcar diferencias: el paraguayo Nelson Haedo Valdez, el franco-argentino Trézéguet y Royston Drenthe. Con ellos, con la perla de la cantera Kiko Femenía y con un elenco de futbolistas en el que debía destacar Farinós,la permanencia no debía correr peligro. Ejemplo de ello, fue la sorpresa en el Camp Nou, en plena celebración de la Diada catalana, cuando el Hércules venció por 0-2 a todo un FC Barcelona y que, con el paso del tiempo, además de peligroso para el Hércules, ha sido el único equipo que lo ha logrado en el feudo culé en toda la temporada-y durante 32 semanas, hasta la derrota blaugrana en Anoeta, fue el único en Liga- pero ello, acabó siendo contraproducente.

Pero ello no obsta que el optimismo se desbordara en las primeras semanas de competición gracias al 2-0 ante todo un Sevilla en la quinta jornada de clasificación, colocándolos en esa octava posición y con el buen sabor de boca  de tres buenos resultados ante unos grandes rivales-incluso la derrota ante los ché no dejaron mal sabor de boca por una segunda parte que pudo ser la de la remontada- que, encima, se veían superados por un once con buena definición. Eran esos días de rosas y las derrotas ante Getafe y Osasuna por 3-0 eran tomadas como accidentes que no debían volver a ocurrir. El equipo, aún en la posición 17ª de la Liga tras la derrota en Navarra, había sacado con buena nota el primer cuarto de la competición ante unos rivales difíciles.

El 2-1 en escasos cinco minutos ante la Real Sociedad tras la reanudación fue el inicio de la verdadera imagen del Hércules durante casi una vuelta: bien en casa, mal fuera. Fueron alternando brillantes victorias(2-1 ante los donostiarras, 3-1 ante el Levante UD, 4-1 ante el Málaga CF y Atlético de Madrid de forma consecutiva en el Rico Pérez) mientras, a domicilio  fueron cayendo derrotas que, sin ser contundentes, iban lacerando la trayectoria herculana y en el que sólo hubo un par de espejismos(1-1 en Almería y 0-0 en Santander en plena racha sin marcar fuera de Alicante). En la jornada 18ª, hay nueve puntos hasta el 18º y con una buena perspectiva de poder sumar los puntos necesarios para la permanencia; sin embargo, llegaba el partido que iba a cambiarlo todo: en Gijón se perdía por 2-0, sin ningún atisbo de reacción ante un rival que delimitaba el descenso; de buenas a primeras, tres puntos del colchón se iban en un encuentro importante.

La segunda vuelta ya aventuraba una complicación por los problemas a domicilio que tenía el club y que se profundizaron con la entidad de sus rivales. Cinco partidos, cinco derrotas y todo se dejaba a lo que ocurría en el Rico Pérez, con la esperanza de continuar la buena relación con los resultados. Ante el FC Barcelona, se pudo aguantar media parte pero la derrota aceleraba los problemas que se vieron ante el Real Zaragoza, a pesar de vencer en el último instante:nerviosismo tras las cuatro derrotas anteriores causaron un stress que el equipo lo notaría dos semanas después ante el Getafe CF. El punto que pudo ser de inflexión a esta trayectoria pasaba por vencer, por lo civil o por lo criminal, al UD Almería y, en principio, así parecía ser con el tanto de Abraham Paz, de cabeza. La lesión de Tote marcó el encuentro y, casi el descenso. Un fallo del conjunto permitió el empate del Almería y el 1-2 posterior condenaba a puestos de descenso al once de Esteban Vigo. Muchas veces se anunciaba el peligro pero nunca se llegó a creer en lo que sucedió y lo que acabó siendo vaticinado por mucha gente: "una vez que entra el Hércules en descenso, no se sale". El Hércules tampoco reaccionó a pesar de poder contar con la ficha por la lesión del madrileño y que podía ser ocupada por cualquier posición. Mucho nombre y, al final, nada. El encuentro ante el C.At. Osasuna cogía aires de "final" pero el mal estaba dentro y el juego paupérrimo más la derrota apabullante, implicó el cese del entrenador Esteban Vigo. Una vez más, los nombres de técnicos salían a la palestra pero, al final, Djukic salió elegido y no pudo tener mejor estreno en Anoeta con un 1-3 que albergaba pequeñas esperanzas tras recortar la ventaja de forma considerable(de 4 puntos tras los maños a uno solo y con cinco partidos en casa de ocho jornadas que quedaban).El empate ante el RCD Espanyol apenas tuvo consecuencias pero sí lo tuvo perder ante el Levante UD y,para colmo, dando una mala imagen. La victoria ante el Deportivo de la Coruña parecía dar un soplo de aire fresco y la permanencia estaba a tres puntos y con la necesidad de, como mínimo, sumar en Málaga pero, en esta ocasión, la derrota ya tuvo varios participantes además del despiste herculano. Quedaban cuatro partidos y ya se sabía que el margen de error se había esfumado ya:en resumen, había que ganar los tres partidos de casa y dar la sorpresa en todo un Vicente Calderón...y, a la primera, el error apareció por partida doble: los dos goles del Hércules para empatar los goles del Racing de Santander no sirvieron ante el definitivo 2-3. Con esa derrota, sólo quedaba saber cuándo era el descenso y no tardó más que tres días: un empate a dos, desaprovechando un 2-0 inicial, condenó al Hércules a militar en una categoría inferior. Con dos trámites más, el Hércules dejaba la Primera división ante el Sporting de Gijón sumando un puntos que no sirvió para nada y con un espectáculo que estaba en las gradas y no en el terreno de juego.

El problema se fue cimentando a lo largo de la temporada y que querría plasmar aquí aunque tendrían su papel en la crónica de un descenso duro en la segunda aparición fugaz tras la época dorada-bueno, en teoría, se debería añadir el periplo desde 1984 a 1986 ya que el segundo año vino por un milagro en el Santiago Bernabeu- y que amenaza con no volverlo a ver hasta pasado un tiempo. Los problemas sociales fueron persistentes(maltrato al abonado), los económicos fueron perjudiciales con constantes retrasos y que tuvieron en Drenthe el factor destructor del vestuario y, por último, el propio vestuario que se fue fragmentando con el paso del tiempo y eso se notó sobre el terreno de juego.