Posiblemente, no sirva para nada. Pero el deseo es que, al menos, se escuche el grito de una afición que ha visto que el club no sólo desciende en lo deportivo, es que además muestra un estado económico e institucional seriamente preocupante. ¿Por qué digo que no servirá para nada? Porque, como muchos vaticinarán, el interesado no estará en el palco y, si estuviera, no se haría eco de lo que se reclama. Le basta con pensar que lo critican para encerrarse en su particular castillo y no atender a razones, críticas que, en su día, eran sugerencias a las que no hizo caso. Lo triste es que este Hércules CF(me niego a ponerle Alicante, todos saben que es de esta ciudad) pudo haber hecho bien las cosas en esta temporada si hubiera tomado decisiones correctas aunque, incluso, se hubiera bajado a 2ª, pues somos un club cíclico y ascensor. El descenso ha dolido mínimamente en comparación con el miedo a un descenso administrativo, con un estado del club- por la informaciones dadas por los medios- que es considerablemente grave y, en algunos aspectos, hasta humillante para el club.
Se pudo haber contado con una buena presencia en las gradas pero se espantó a buena parte de la afición que no disponía de tantos recursos y que, además, era la que ponía la voz en el estadio; aquellos precios de abonos fueron considerablemente realizados sin la mínima graduación y haciendo que cualquier aficionado se moleste con razón por la decisión del club de abaratar las entradas. Se ha cometido errores garrafales en el trato con el pasado(los pases a los veteranos pero, sobre todo, la infamia de quitar el nombre de José Rico Pérez en el estadio justo el año en que falleció) y el entorno(persecución a la asociación Herculanos, privar de acreditación a los medios digitales, desaprovechar ocasiones de publicitarse y que el escudo estuviera a la vista de los alicantinos). Se ha cometido errores garrafales como esa camiseta de catálogo que ha privado seguramente de buenos ingresos al club; no se ha buscado patrocinadores más allá de la dichosa palmera de la Generalitat Valenciana cuando, la temporada pasada, se echó pestes por lo poco que se cobraba. Se ha apostado en el terreno deportivo por futbolistas que han acabado siendo más desestabilizadores en el vestuario(Drenthe y Trézéguet) que desestabilizantes(valga la redundancia) sobre el terreno de juego- tengo la sensación de que el tulipán hubiera estado al mismo nivel que en las primeras semanas, no se habría descendido- y en el que los jugadores de 2ª, con más o menos acierto, han tenido que cargar con el muerto en los instantes finales. Se equivocaron en no haber pagado a tiempo a los jugadores para así haber exigido en consonancia. Se equivocaron al estar dubitativos con el entrenador Esteban Vigo manteniéndolo desde el principio si no se confiaba en él( de ahí a privarle de la continuidad de Danciulescu a pesar de no estar en la lista de bajas de junio o fichando algunos jugadores contra su criterio). Y si ya hablamos del famoso préstamo con aval de la IVF, de las deudas con Administraciones públicas aún presentes poco que decir. La deuda se ha expandidoa la misma velocidad que los errores comentados.
¿Y el futuro? Difícil barruntarlo. Poco movimiento para salvar el escollo del descenso administrativo-aparte de la planificación deportiva-, nula presencia de la Fundación a pesar de contar con cerca del 80% del capital social, con algunas esperanzas de ver comprado el equipo(que tampoco es que sea la panacea como se ve en el Racing de Santander) por los suelos al descender el club a 2ª. El futuro es, por tanto, la razón de las protestas de una afición airada por un devenir de la institución que, para colmo, se ve rodeada por el escándalo(el verano pasado en el que la afición estaba más pendiente de las noticias judiciales que de los fichajes), las risas ajenas (una tras otra entrevista a Drenthe en los medios riéndole las gracias) y la chirigota(para ejemplo, la portada de cierta revista sobre la Sara Carbonero "del Hércules").
Apunte: Sin duda, el descenso del CD Tenerife, además de apuntar a cierto futbolista que lleva tres descensos en cuatro años, se suma al del Albacete Balompié como de auténtico peligro para los demás rivales de 2ªB: Dos equipos que, en las dos últimas décadas, han estado en la LFP de forma continuada y que, tras una mala temporada, se ven abocados a rivales que todos sabemos cómo son cuando llega un rival con nombre.