viernes, abril 29, 2011

Morder

Ese es el verbo que debe imperar en la visita herculana a La Rosaleda. Más bien lo extendería a los otros cuatro encuentros restantes pero, partido a partido, la importancia del resultado ante los malacitanos es evidente: una derrota podría dejar tocado anímicamente al sector importante: el aficionado. Deportivamente, el Málaga se iría a 6 puntos de diferencia cuando habría 12 en juego y casi sería descartable cazarlo. En caso de derrota, todo atisbo de esperanza vendría de fallos de terceros y ya en alineación cósmica(ya no hablamos de un fallo, más bien de dos y tres resultados positivos que nos lleguen de los rivales por el descenso); cambia un poco el perfil herculano si se lograse sumar un empate, pues mantendría los tres puntos con malacitanos y el goal-average(sí, con derrota se tendría dicha "ventaja" incluso con derrota por dos y tres goles de diferencia pero, como he indicado, el daño de esa derrota es tal que sería irrelevante); por último, vencer en Málaga sería "un plus de confianza" para los dos encuentros en casa consecutivos ante Racing de Santander y RCD Mallorca. Como se puede ver, hay mucho que perder pero, también, para ganar. Pero para vencer hay que comenzar a superar a los locales en intensidad, agresividad, tenacidad cuando no se tiene el esférico y mucha cabeza cuando se tenga en las botas el control del juego. Y, ya de paso, ese toque de suerte que le ha faltado en buena parte de la competición.


Cierto que no se están dando las condiciones para un buen ambiente, a pesar de la victoria del domingo pasado: la ausencia de Drenthe en el entrenamiento del martes(cada vez que hace algo el holandés, uno se acuerda de cómo el anterior entrenador no quería al tulipán marchito), el asunto de los autobuses a Málaga- decisión que fue, al parecer, sin el visto bueno de la plantilla-, los impagos,etc. No es una sensación agradable ser portada por temas extradeportivos pero el Hércules acostumbra a sus fieles a episodios como los de estos últimos tiempos cuando más se juega la entidad. También es cierto que, en estas ocasiones, es donde se puede ver un Hércules diferente. Los jugadores, con la promesa de millón y medio de prima por mantenerse, deben mostrar la mejor cara, pues nada beneficia a los jugadores un descenso de categoría. Poco va a servir crear un mal ambiente por el tema de reclamar unos sueldos no cobrados si eso lleva al club a Segunda y que, para buena parte de la plantilla supondría unas ofertas a la baja. El fútbol, sobre todo cuando se está arriba, es un escaparate en el que tan importante es mostrar una buena imagen como acertar transmitirlo a la gente de fuera y que éstos no lleven una impresión equivocada.Actualmente, la mayoría de los secretarios técnicos de los club rivales tenderían a preguntarse la razón por la cual varios jugadores han bajado considerablemente su nivel de juego; eso es lo que hará que se planteen si un jugador descendido vale la pena para otro proyecto deportivo.

Esperemos que estas escasas horas antes de jugar en Málaga sirvan para que los jugadores se conciencien(y no con palabras vacías) de la importancia clave de esos 90 minutos en la Costa del Sol. Sumar uno o tres puntos pero, para ello, habrá que morder en cada metro cuadrado del césped de La Rosaleda.

Apunte: Resulta curiosa una estadística que se observa a través de las diferentes clasificaciones finales de Primera División: el Málaga(aunque con la denominación anterior de Club Deportivo) descendió en las cinco veces en las que coincidió con el Hércules en la División de Honor(tres como colista, dos como antepenúltimo). Archisabida es la anécdota de la última vez en que estuvieron en 1ª: el Hércules vencía en el Santiago Bernabeu mientras descendían los albicelestes, tras ver que su pacto de empate con los béticos los llevaba al limbo. En unas semanas, la solución para saber si esa estadística incluye al actual Club de Fútbol.