sábado, abril 23, 2011

Herculanos vs. herculinos

Desde hace mucho tiempo se suele leer en algunas crónicas deportivas el apelativo herculino cuando se refiere al Hércules CF y sus aficionados. Es un sino que el aficionado ha respondido con la queja o ya, directamente, pasando de intervenir, pues da por hecho que se seguirá repitiendo la misma palabra. Cuando se juegue el encuentro ante el Deportivo de la Coruña, antaño SuperDepor, lo curioso será ver como utiliza el periodista foráneo esa discrepancia entre herculanos y herculinos- más si en este nuevo periodismo on-line de crónicas al minuto se suelen responder a comentarios- mientras tratan de entender porque dos equipos, cuyo apelativo se refiere al semidiós griego, cambian una vocal sólo para diferenciarse. Será que escribimos desde Alicante y que no entendemos como cuesta a un cronista llamar al equipo alicantino como siempre se nos ha dicho.

En este encuentro entre herculanos y herculinos queda evidente, más que nunca, la importancia de los tres puntos. Como comentó Miroslav Djukic, todo pasa por ganar estos dos encuentros. Una vez más, se somete el equipo a una presión  como es la de vencer en el propio feudo-quién lo iba a decir en la primera vuelta- tras cuatro partidos en los que se sumó dos puntos y se ha perdido una fe importante en los encuentros de casa justo cuando se decía que esa iba a ser la tabla de salvación. Para más inri, la forma de perder en Valencia, salvo los últimos instantes, ha creado un mal ambiente entre buena parte de la afición presente en el estadio valenciano.

Una vez más, nos queda apelar a ese estado de ánimo que infunde ánimos aunque se sepa, interiormente, que no les llega nada y rezar porque los resultados sean proclives al milagro y que los jugadores, de una vez por todas, crean en la salvación. Una vez más, recuerden que los únicos que pierden en un hipotético descenso es la afición. De momento, el primer paso es ante los Lotina-boys con un Valerón renacido.

Apunte Ver a Pepe en la final de la Copa del Rey estando en el mediocentro recuerda viejos tiempos como cuando Miquel Corominas colocaba a Lledó en una idéntica posición ante la sorpresa generalizada de los presentes.