jueves, octubre 30, 2008

¿Derrota dolorosa?

Prácticamente esa será la pregunta que durará hasta el domingo ante el Sevilla Athco. Saber si la derrota de hoy, excesiva pero justa para los pucelanos, puede afectar o no en próximas semanas se responderá en las próximas semanas. Aparte de la ausencia de Bautista por la tarjeta roja directa, ojalá que esta manita sirva un poco para bajar algunos excesos de confianza que puedan haber, como aquella derrota ante el Bilbao Athc en el año del ascenso. El partido tuvo dos partes, la que empezó con el silbido inicial del pésimo colegiado Clos Gómez y acabó en el minuto 23 cuando expulsaba de forma rigurosísima a Dani Bautista al llegar tarde a un balón y golpear a Aguirre a unos treinta metros de la portería. Una falta que hubiera bastado con una tarjeta amarilla pero que el colegiado decidió aumentar el castigo y finiquitó el encuentro en ese momento. El Hércules, que sin crear mucho peligro, llegaba a la portería visitante vio como Tuni se iba para atrás para suplir la ausencia del lateral expulsado. A los diez minutos de la expulsión cayó el 0-1. En la segunda parte se intentó pero el 0-2, en un fallo de Unai Alba al no atajar un disparo desde la frontal, ya fue un boquete excesivo. Se seguía buscando recortar distancias pero el 0-3 en un disparo que entró por la escuadra. De ahí hasta el final todo siguió la misma línea hasta llegar al 1-5 que no reflejó el marcador.

Otro aspecto será el efecto en la afición. El hecho de sacarse un partido de la manga como puertas abiertas cuando habían otras soluciones por las que se podría premiar a la afición, como se comentó como motivo para esta medida ha acusado más el efecto. No lo niego, esta medida ha indignado a muchos abonados, no sólo por el hecho de entrar gratis al igual que un “busca espectáculos” sino porque sabemos de otras experiencias que esto no sirve para nada, no engancha porque no son gente en la que puedas confiar que se aficione al Hércules si no lo ha hecho desde los primeros partidos de esta temporada. Días como el del Alcalá no se vieron reflejados en los abonos de aquella 2005/06(más bien se recuperó unos dos mil abonados que, en su día llegaron con el fichaje de Subirats en el 2003 y que se fueron en el 2004). Es triste ver como el buen espectáculo ante el Elche se viera reducido ante el Alavés (de 16000 a 8000 espectadores) y ver que cuesta captar nuevos abonados pero se equivoca el camino. Otros gestos como incluso el carnet del simpatizante, premiar la compra de entradas con otras hubiera servido más que abrir las puertas y dar a entender que les vale lo mismo un abonado que se ha currado años de 2ªB que un aficionado que va por primera vez y que, con el 0-3, con una sonrisa en la boca o aplaudiendo el tercer tanto pucelano, se marchaban, que no volverán y que mañana contarán entre risas la “gesta” de hoy. Mientras, los abonados y demás aficionados que, en alguna ocasión han pasado por taquilla en estas temporadas se van a dormir fastidiados pero esperando que otra victoria haga recuperar la sonrisa.

Apunte Parece que otro que se fue tras el 0-2 fue el de la megafonía y marcador que, en la última media hora, no dio información alguna de los cambios y variaciones en el marcador…¿O era de él el coche que se tenía que retirar?.