Resulta ahora, que a nuestra Real Academia de la Lengua le ha dado por hortero-modernizarse, y admitir términos como bluyín (cuando todo el mundo llama vaqueros a los pantalones, y este término no está admitido como tal), olvidando otros tan en uso como friki , para referirse no sólo al movimiento de seguidores de comics y sagas legendarias; sino también para hacer referencia a algo que se sale de lo normal.
Y es una pena, porque friki es el término adecuado para calificar la gran mayoría de los penaltis (qué raro, éste sí que lo contempla tal cual. Se ve que sus eminencias son aficionados al fútbol) que le están pitando en contra al Hércules este año. El último contra el Castellón este pasado fin de semana, menos mal que ahí estaba Unai justificando porqué le ha quitado el puesto a Toni Prats.
Hay que celebrar, sin embargo, que haya incluido neuras porque creo que sirve a la perfección para describir los males de coco que viene arrastrando el equipo estas últimas jornadas. No se entiende de otra manera, que un equipo que destacaba por la alegría de su juego a principio de temporada, se haya diluido progresivamente con el paso de las jornadas.
Del partido en sí mismo, poco que decir, nada más que me parece justísimo el empate ya que fue como ver a 22 pollos sin cabeza correteando detrás de un balón, y aunque el Castellón puso algo más ganas, tampoco hizo méritos suficientes como para llevarse los tres puntos.
El Hércules va a tener que empezar a mirarse al ombligo y revisar su política de fichajes, porque está claro que la inversión realizada en viejas glorias, hasta el momento no le está resultando rentable.
Y esta semana, sesión doble. El martes y trece (ni te cases ni te embarques) contra el Athletic de Bilbao; y en liga contra otro de los ilustres descendidos, el Celta, que tampoco se sabe muy bien de qué va este año, ya que te da una cal y otra de arena, ya veremos cuál toca este fin de semana .
