jueves, marzo 01, 2007

Rivalidades fuera de sí.

El penoso incidente de ayer, que acabó con Juande Ramos en un hospital, vuelve a demostrar que hay rivalidades que están fuera de toda lógica cuando se pierden los papeles. Buscar razones lógicas a toda una secuencia de hechos acontecidos en los Sevilla - Betis en el Sánchez Pizjuán o en Heliópolis sólo se puede basar en una rivalidad que no se entiende por ser tan exagerada y que va más allá de lo deportivo. Quizás influya el hecho de ser el derby ciudadano más igualado que hay sobre la tierra española; mientras que Barcelona, Madrid o Valencia son ciudades donde un equipo prevalece sobre otro, en Sevilla hay una similitud de "fuerzas": prácticamente, Sevilla se divide al 50% a sus aficionados entre béticos y sevillanos. A dicha rivalidad se unen otros aspectos que se mencionan poco. Por una parte, el cachondeo que va desde la "gracia" de redecorar la portada del Real(recinto donde se celebra la feria) convirtiendo al rey Fernando III en bético, el famoso "lo ciento" que los béticos se inventaron a partir del ceceo y el logo de "cien" del centenario sevillista o, por último, la polémica surgida por el tremendo parecido del nuevo himno bético con el brillantemente firmado por El Arrebato; por otra parte, nos encontramos con otro aspecto a tener en cuenta: los ajustes de cuenta deportivos son eternos entre ambos equipos que prefieren hacerse daño por tal de hundir al rival de la ciudad. Sólo es cuestión de recordar los olés, los aplausos béticos por el gol del Sporting(0-1 en el Benito Villamarín, temporada 96/97) que supuso el descenso confirmado del Sevilla y, ya de rebote, también al Hércules. Tres años después, era el Sevilla el que se dejaba perder con el Real Oviedo(2-3 en el Sánchez Pizjuán, temporada 99/2000) y mandaba al Real Betis a Segunda. Una rivalidad que ha llevado, a veces, a graves hechos. Es decir, que ni una sanción de cierre por lanzar unos fuegos artificiales en dirección a la afición rival, ni un chaval que va a agredir al cancerbero aparte de un guardia jurado(2002/03) o el penoso aspecto en el que dejaron el Ruiz de Lopera hace dos semanas han servido para nada. Es una demostración de que aún no se encuentra la forma de resolver el tema.

Lo triste es que la solución, basada en la firmeza, se debe hacer con cuidado hacia aficionados que nada se merecen que esto se pare por unas personas que no son conscientes del daño que hacen al club al que dice querer. No entienden que la rivalidad es trivial, que nada se juega en ella más que la honrilla durante unos escasos días... u horas. Que dicha rivalidad se disputa en el terreno de juego y que acaba cuando el silbato del colegiado suena mientras sus brazos apuntan a vestuarios. Ir más allá es lo que puede hacer grave una situación que no debía de pasar de la simple chanza o chascarrillo. El fútbol debe servir para evadirse de lo problemas, no para generárselos con enfrentamientos innecesarios. El fútbol no lo es todo. Insultar a otros aficionados porque no son del equipo de uno propio, mofarse de otro aficionado personalizando en él lo que haga un directivo de ese equipo o, directamente, pelearse es una actitud que se debe evitar con la debida educación. Puede que sea una utopia o quimera de quien, al ser de un equipo por cuestiones más cercanas a la territorialidad que a la sanguinidad, ve ilógico enfadarse y/o pelear con un aficionado del Elche, Valencia o del Murcia. Cada uno deseará que gane nuestro equipo- si es posible, en buena lid, como dice David Vidal- mas recurrir al insulto fácil- "Murcia es África", "me c... en los muertos de ...." o el tradicional Puta ...(con el nombre de la ciudad en cuestión)- es ese plus de gasolina que no necesita el fútbol. Al fin y al cabo el fútbol es un simple deporte al que muchos le dan demasiada importancia, hasta el punto de preferir la ofensa gratuita hacia el rival en vez de disfrutar del juego de su equipo. Pero no servirá para nada este artículo. Se cerrará el campo pero seguirán los incidentes porque no se ha resuelto el problema de raíz.

Apunte Como anécdota, quiero recordar que los dos equipos beneficiados por la mala leche entre sevillistas y béticos tuvieron su cruz al año siguiente de la victoria en cuestión. El Sporting de Gijón hizo una temporada para olvidar(13 puntos, 2 victorias) en la 97/98 mientras el Real Oviedo descendía a Segunda por la supuesta amistad norteña entre Osasuna, Bilbao y Real Sociedad y acababa en tercera dos años después.