Cuando faltan pocas jornadas para terminar una competición se suele hablar del tópico "final". Tras el término existe una clara intención de que los jugadores vayan asimilando de que no es un partido cualquiera, de que la afición debe ir de la mano olvidando todas las pequeñas rencillas a lo largo de la temporada por el bien común y que el rival se encuentre un ambiente que no sea plácido para ellos. Además, para mayor dramatismo, influye el hecho de una injusta 18ª posición, con el Racing de Ferrol a tiro de tres puntos, para que el partido ante el Lleida tenga todos los condicionantes para que el apoyo del público sea más importante que nunca. Tras el ascenso de junio, este partido es, tras la victoria ante el Castellón, el más importante, en principio, de la temporada ya que la victoria tiene un valor mayor que esos tres puntos, es el punto de inflexión a partir del cual se pueda ir hacia arriba en la clasificación.
El partido del Lleida es importante, como se ha dicho antes, y lo es porque el equipo catalán se ha colocado, a pesar de los dos partidos de desventaja, a tiro del equipo blanquiazul. Una victoria herculana agarraría al equipo del ex herculano Santos y lo colocaría debajo del Hércules gracias a que el gol-average estaría a favor del conjunto alicantino. Una victoria herculana que, si se dan los resultados deseados, dejaría el descenso a seis puntos y permitiría una mayor confianza para afrontar la semana que terminase de culminar la merecida permanencia. Un resultado positivo que sería primordial para mantener ese halo del cambio del entrenador que, salvo el primer partido, no se ha podido ver su evolución y todo cuanto se mueve en toda novedad relacionada con el banquillo. El empate aún sería válido, siempre y cuando llegara en determinadas circunstancias,(salvar un punto y demostrando mejores maneras que en otros partidos) pero la buena sensación es que Bordalás sabrá motivar a los jugadores en el sentido que el entrenador espera, especialmente, tras dos semanas sin competir.
Apunte Sigue trayendo cola el tema de la suspensión del partido del sábado pasado. Las malas relaciones con el Xerez se oponen a las buenas con el Numancia para pactar el partido del miércoles 22 de marzo y no hay visos de que vaya a cambiar. Mal que les pese, las actitudes mostradas el sábado pasado, con escapada hacia tierras gaditanas a pesar del supuesto malestar de la plantilla incluida, tampoco ayudaron a que se disipara la sensación de que lo acontecido este sábado pasado generase cierta sospecha.