jueves, mayo 12, 2005

El regreso de un mito

Mediático como ninguno, Maradona aparecía por Alicante con la vitola de ser uno de los mejores futbolistas del mundo. La afición alicantina y herculana tenía ocasión de disfrutar del astro argentino en la que iba a ser la última ocasión que jugase como blaugrana en Alicante. En ese partido, en la foto de la alineación, el jugador lució la camiseta herculana- no hay que olvidar que, como argentino, había jugado en ese estadio dos años antes- para disfrute de los asistentes al encuentro. Esa foto ha pasado de unas manos a otras como recuerdo de un gran jugador, el mejor según crónicas de esa época, que lució la zamarra blanquiazul durante unos segundos. Veinte años después de esa foto, el astro argentino llegó al fondo de su miseria aunque él colaboró en alcanzarla durante la década de los noventa. Narrar su vida más allá de la entrada de Andoni Goikoetxea no es necesario puesto que es más que conocida su evolución, sus "luces y sombras" durante la etapa napolitana, los primeros problemas con la droga, su oscura presencia en Sevilla donde su arte futbolístico era tapado por sus constantes problemas extradeportivos o ese gol ante Grecia- Mundial en EE.UU. 1994 -, último antes de que volviese el escándalo de su enésimo conflicto con el "positivo"; después de retirarse del fútbol, observamos el triste espectáculo de echarse a perder hasta últimas fechas.


Sin embargo, ahora parece que su vida ha cambiado. El lunes aterrizó en España el argentino con un "talante" bien diferenciado del que tenía en los últimos años. Un cambio que muchos deseábamos tras la fachada de ser críticos con la forma de llevar la vida del astro argentino. Críticas que, siendo duras y crueles en extremo, no ocultaban el deseo de muchos de que el jugador emblemático debía de ser guía fuera del campo como líder dentro del terreno de juego. Críticas encaminadas para que Maradona, ídolo de los jóvenes argentinos y, como no, del resto del mundo, llevase una vida ejemplar, dentro de lo posible, asemejada a la de otros astros, contemporáneos o no, como Cruyff, di Stefano, Pelé o Beckembauer que, tras despedirse del fútbol en activo, se han mantenido con criterio y buen hacer. Su periplo español de estos días nos aporta esperanza en que podamos recuperar la mejor imagen del astro, en que se una al mundo de los grandes referentes del fútbol, antes citados. Es cierto que es pronto para decirlo, que arriesgo en "quemarme la mano" por apostar por una persona de naturaleza inconsistente como se ha manifestado en estos últimos años, pero es el momento de darle el grado de confianza para que culmine su regeneración. Todo en nombre de los que, en su día disfrutamos de su juego, de sus goles, etc.

Apunte ¿Quién iba a decir que, meses después de la foto, llegase al Hércules el gran Mario Alberto Kempes? Tampoco hay que olvidar a Ricardo Zamora o el mismo Juanito que, con motivo del homenaje a Albaladejo, jugó junto a Migueli con la camiseta herculana.