Cuarenta y ocho horas después de ganar el partido ante el Alicante, parece que todo ha cambiado y la ilusión perdida en los últimos encuentros en el que se había notado un bajón en el rendimiento se ha recuperado con el pitido final. Una victoria que tuvo ese componente épico como fue el trallazo de furia de Merino al que nada pudo hacer Chema, el control de un Carlos Pérez pletórico o ese pase de Cámara que tuvo sus mejores momentos como herculano, etc. La victoria tuvo además el buen sabor de ganar al líder de la clasificación y eso tampoco es algo para desmerecer. Una victoria sufrida por esos minutos antes del gol(llegó el gol herculano cuando más apretaban) y después, durante los últimos minutos del encuentro (el amargo recuerdo de los primeros derbys en los que el Alicante marcaba ese gol del empate en los últimos segundos hacía temer un golpe de suerte de los alicantinistas) hasta que llegó el momento de gran alegría. Un partido que mostró a los asistentes los argumentos habituales de estos enfrentamientos: expulsiones, faltas merecedoras de alguna tarjeta más, mucha intensidad en cada balón. No hace falta negar que la alegría se apoderó de la afición herculana asistente como la que no acudió al estadio ya que no se vivía una satisfacción desde hacía dos años y, por tanto, bastantes días sin poder disfrutar de un partido como ese. Cuarenta y ocho horas en las que la ilusión va creciendo entre los herculanos de cara al partido ante "la Vila" el próximo domingo.
Esa misma ilusión es la que ha hecho que el club haya actuado como suele hacerlo... a golpe de buenos resultados. Ha decidido que, ante el próximo domingo, los abonados dispongamos de una entrada para regalar y llevar a alguien al estadio. Si bien la idea de regalar invitaciones no es algo a lo que tenga aprecio, no lo niego, lo positivo ha sido la inmediatez del Consejo para dar con este paso, los buenos reflejos que no deben de quedar con esta solución. Además es preciso que el club consiga la comunión con las peñas y ver cuál es el modo de colaborar juntos. También han de colaborar los jugadores en esta historia ya que son ellos, con su juego, los que deben conseguir que esos invitados decidan adquirir el abono de media temporada y, sin contar con los escasos ingresos, sumar el número de aficionados que acudan al estadio y poder recuperar a aquellos que se fueron en su tiempo cuando el anterior mister estaba en nómina. Si el equipo muestra la misma actitud e intensidad que el domingo pasado es posible que alguno se recupere pero es obligado que no haya marcha atrás como el día del Huesca. Si seguimos en la buena línea, la promoción no debe de costar en un grupo sin la dificultad de otros años.
Otrosí. El árbitro apenas se equivocó. Lo hizo más Úbeda al lanzar una patada malintencionada a Carlos Pérez que, sin llegar a contactar, bastó al colegiado para pitar una falta por repeler la falta del defensa herculano. La importancia sólo se la dio el fallo de Chema al no atajar bien el pase... y que el balón llegase a pies de Carlos Pérez y marcase.