jueves, febrero 10, 2005

El enfado continuo

Hace unos cinco meses escribí un artículo en esta weblog que trataba el tema de los colegiados. Ese artículo trataba el mal arbitraje en el derby ante el Alicante, juntándolo con la agresión a Frisk en el Olímpico de Roma, y reprochando a "los de negro" por su afán de protagonismo. Una vuelta después, no puedo evitar volver a hablar del tema de los colegiados. Este artículo quiere hacer mención a las duras palabras del presidente del Real Zaragoza, Alfonso Solans que, con duros gestos de indignación, clamaba por la injusticia de un colegiado que decidió el partido con sus decisiones. Unas palabras que fueron contrarrestadas por Lamikiz ,presidente del Athletic ,en un gesto de falsa hipocresía ¿habría reaccionado así si le hubieran pitado dos penaltys "dudosos"(por no decir que no eran),le hubiesen expulsado a dos jugadores y, encima, no le pitan penaltys que sí eran?. Un gesto,el de Lamíkiz que no ayuda en este mundo cuando está visto que los dirigentes están por interés propio y no quieren mover los resortes que, con sólo la fuerza del Barça y el Madrid y el resto de equipos en la misma dirección, harían cambiar el mundo del arbitraje hacia el camino correcto. No, los presidentes están para "lloriquear" si les perjudican o "defenderlos" si les benefician. Ese no es el camino.

La cuestión del profesionalismo en el arbitraje es manido y siempre se comenta cuando el fallo es garrafal. ¿Alguien cree que el tema de la unificación de criterios se resolvería con profesionalismo? Por mi parte, no. Sólo es cuestión de observar como en una primera jornada después de una reunión se suele acertar bastante pero, a medida que pasa el tiempo va perdiendo fuerza, incluso en un mismo partido. ¿El profesionalismo supondría, de tapado, mayores ingresos a los colegiados por partido arbitrado? Por desgracia, la única medida dolorosa es la famosa "nevera" para los colegiados para que sean más conscientes de sus fallos y no tener que esperar a descensos que, a veces, parecen demasiado politizados por territoriales y no por deméritos del colegiado. Muchas veces, éstos manifiestan su enfado con tópicos como "tal jugador ha fallado delante de puerta y nosotros no podemos fallar" como queriendo criticar que no se les perdonase los fallos que sí perdonan a los futbolistas, omitiendo que un jugador que falla suele ser cambiado y si insiste en errar, pasará del once al banquillo...y hasta fuera de la convocatoria. Vamos, la "nevera" de los jugadores. Dejarles sin arbitrar dos o tres meses sería privarles de unos ingresos que, en 2ªB, sería de más de medio millón de las antiguas pesetas. Sólo así se verá la verdadera profesionalidad de los árbitros.


Apunte: La última decisión de los colegiados para esta temporada fue que a los entrenadores no se les enseñase ninguna tarjeta sino que se les dijera: "está amonestado", "está expulsado". La intención clara era que no se quería soliviantar a la afición con tarjetas amarillas/rojas a al entrenador de turno. Pues bien, el domingo pasado, el árbitro decidió soliviantar a la afición local con un gesto desproporcionado y ostensible que hizo más daño que cualquier tarjeta roja. Lo dicho: protagonismo.