lunes, diciembre 30, 2019

2019. Del sueño al vacío


Pocos podían imaginarse este año loco cuando terminaba 2018. Había sido un año frustante que acabó con esperanzas renovadas con el nuevo míster. El equipo iba 3º con 32 puntos, con varias jornadas líder aunque, al final de año, había aflojado en Cuenca y ante el FC Barcelona B. Había sueños de un año que podría ser el definitivo. Se aceptaba que el fútbol no era el más adecuado pero daba resultados esa firmeza defensiva(10 goles en 18 partidos). Se contaba con varios refuerzos para dar el salto que no se había podido dar en los dos años anteriores.

Con todo, el año no empezó bien, dos derrotas consecutivas a domicilio sacaron al conjunto blanquiazul fuera de puestos de promoción y el natural estado de optimismo-desazón herculana barruntaba que no se volvería a puestos de promoción. Varias victorias importantes(ante el Villarreal B, RCD Espanyol B y Cornellà) volvieron a ilusionar aunque hubo una víctima de por medio: Emanà se lesionaba de gravedad ante el CD Ebro. Desde la jornada 29ª hasta el final de la temporada no salió de puestos de promoción, logro que se aseguró en la jornada 36ª pero ya el Atlético Baleares ya lo tenía casi hecho para ser campeón de grupo y el equipo de Planagumà para afrontar la vía larga de los 2º al 4º.

La promoción en las dos primeras eliminatorias mostró un equipo que, más o menos, controlaba las eliminatorias. No había brillantez pero sí una cierta sensación de no sufrir más allá de nuestros habituales miedos- por ejemplo, recuerdo alguna tertulia en la que se decía que una opinión neutra consideraba excesivo el miedo que tenía la afición en Logroño- hasta que llegó la SD Ponferradina. El partido ante el conjunto del Bierzo comenzó mal(0-1 a los 5'), se desarrolló peor(fallo de Benja en un mano a mano que podría haber supuesto el 1-1 y el doloroso 0-2 antes del descanso). La derrota por 1-3 y el planteamiento “peculiar” en “El Toralín” frustró el ascenso deseado.

Desde la rueda de prensa de “El Toralín” hasta hoy hay una sucesión de continuadas malas decisiones que empiezan desde ese maldito momento en que alguien cogió unas palabras habituales de una rueda de prensa en caliente como algo definitivo. Si le unimos el hecho de un director deportivo en período de divorcio con el entrenador y estar el entorno mirando con lupa cada partido de pretemporada tenemos un verano turbulento y cargante. Un desastre que comenzó Putxi empatando en el Prat de Llobregat y al que siguió un Hércules- Villarreal CF “B” con alta carga de energia negativa brotando en el Rico Pérez. Nos plantamos en la jornada 4 con un punto de doce y Planagumà cesado por la voluntad del director deportivo que apostó por Jesús Muñoz. Esa doble decisión explica otro desastre deportivo que se acabó concretando en la jornada 16 ante el RCD Espanyol B(3-2) en tierras catalanas. Ramírez dijo basta y el director deportivo acabó siendo defenestrado y desplazado “a otras parcelas”, por no hablar de Jesús Muñoz, destituido. Mir fue el elegido por Ramírez como una apuesta que, a su vez, compensó un desagravio que venía desde 2016. El próximo año 2020 veremos si ha sido suficiente para salvar la categoría en una segunda vuelta casi de promoción de ascenso(cerca de unos 30 puntos en veinte partidos).

Resumen en cifras

PJ: 45(38 de Liga, 6 de promoción,1 Copa del Rey...lo demás en mismo orden)
G: 15(14,1,0)
E: 11(9,2,0)
P: 19(15,3,1)
GF: 45(40,5,0)
GC: 46(39,6,1)

Pt: 56(51+5)