Quizás será que he estado viendo en un mes escaso cuatro temporadas de "Los Tudor" (gracias, Orange TV) pero ese espíritu medieval de los reyes queriéndose cargar a todo discrepante a ellos-de palabra, acción u omisión- me ha recordado a otra escena("Hero" y un pueblo gritando al unísono "Ejecutadlo, majestad,ejecutadlo"). Sea como sea, lo cierto es que estas escenas me han recordado, en el mundo del fútbol, el ambiente pre-cese de un entrenador en el que, a veces, he estado en un lado, en el contrario o "neutro".
Hace dos temporadas, "contra" Luis García Tevenet, creo que sentí las peores sensaciones que puede tener un herculano: no disfrutaba con la victoria, nunca creí en el sevillano y las derrotas, aún sufriéndolas, al menos acercaban al entrenador a un cese que debió ser en septiembre(quinta jornada, tercera derrota) y que se postergó hasta marzo, dejando al equipo casi sin opciones y desmotivado. Culpar a Luque era algo injusto cuando se le entregaba un equipo muerto, desilusionado y con el play-off muy lejos.De hecho, la victoria ante el RCD Espanyol B fue la primera alegría de esa temporada...y era la jornada 30ª. En esa temporada estaba solo en agosto deseando su cese...; en noviembre, alguno se apuntó a mi idea tras el 3-0 en Alcoy; ya en febrero ya era masiva la crítica hacia el entrenador. Ese sentimiento tan fuerte "contra" un entrenador no lo tenía desde José Carlos Granero y antes Felipe Miñambres. Y mira que han pasado entrenadores por Alicante. Incluso, Juan Carlos Mandiá deja posos de buen y mal recuerdo...según lo que uno se acuerde: en positivo, su ascenso y la temporada de los 78 puntos; en negativo, su espantada a Santander y ese aferrarse al asiento de entrenador en aquel turbulento 2012.
Reconozco que los entrenadores que me pueden caer bien a mí, pueden caer mal a otro. Por ejemplo, de un entrenador que me molestó que hubiera una tendencia en contra fue Andoni Goikoetxea. Me pareció un buen entrenador que, quizás, fue demasiado "expresivo" y eso le llevó a ser respondido por la grada. Deportivamente, no fue un año esplendoroso de juego pero tuvo sus puntos buenos y sus puntos malos. Otro entrenadores de los que fui partidario fueron José Rojo "Pacheta" o Vicente Mir. Incluso, Esteban Vigo en la primera temporada.
Por último, están los momentos "neutrales" en los que percibo desde mi ubicación las corrientes de adhesión pero también crítica al entrenador de turno. Es lo que veo ahora con Lluis Planagumà y el torrente de quejas que recibió tras poner un trivote en Alcoy. Los buenos resultados, para otros, se deben a la "flor" y no se juega tan bien. En este momento, reconozco, que estoy entre los partidarios del técnico catalán pero tampoco a un nivel de creer en todo lo que hace. Entiendo que su planteamiento en Alcoy se debió a las circunstancias y que el equipo aún puede dar más de sí a poco que el esférico entre dentro y deje de dar en la madera o se encuentre con un portero camino de ser "internacional". Sin embargo, ya he comentado que empiezo a ver gente que ya empieza a ponerse nerviosa. No los culpo. Será que llevamos en el ADN ese espíritu "contra" alguien y que se quede para estas cosas nimias de la vida.
Apunte. Sinceramente, me encantaría una Liga de Naciones con otra perspectiva. Con diez selecciones por liga, todos contra todos y, luego, clasificaciones automáticas a Europeos y Mundiales según puesto en cada división al paso del "ecuador" y final de competición en el que, además, habría esos ascensos y descensos en el escalafón.