Seis días después de escribir el artículo de los cuatro goles al Valencia CF Mestalla sigue este blog con la misma cantinela: sencillamente, la pelota entró cuando antes no. Es una manera de dejar bien claro que nada se debe a una espectacular mejora del juego, sencillamente ese punto de suerte necesario y que antes no había aparecido. Es una manera de recordar que el jugador quiere solventar las ocasiones de la mejor manera pero el esférico es más caprichoso de lo esperado: donde antes estaba una bota rival que desviaba el balón, unos guantes o el poste...ahora entra. Aquel delantero, Jesús Berrocal, lo sufrió durante la temporada pasada: no atinaba ni una y, en un momento determinado, lo que daba en el poste y salía...acababa entrando el día ese ante el RCD Mallorca B.
Ir más allá no tiene sentido y es hacerse mala sangre de forma innecesaria. Por cierto, con todo, si un jugador ofrece mejores rendimientos con menos presión, quizás sea el momento de encontrar un entrenador con capacidad de motivación que le haga rendir de esa manera en una situación más complicado(a veces, estamos ante un jugador con más autocrítica de la que parece desde fuera y necesita más atención y confianza). Además, se añade el aspecto positivo del desacierto del rival que, aparte de las acciones de Falcón, tampoco tiene acierto y el esférico ahora se va por fuera en vez de entrar por la escuadra.
Ahora toca jugar otro partido-por cierto, todos los partidos dirigidos por Visnjic han sido a las doce de la mañana- ante un rival directo como el Lleida Esportiu y que le puede permitir enderezar el asunto de la Copa del Rey(los cinco primeros por grupo, aparte de cuatro mejores puntuaciones de los que quedaron por detrás de ese primer corte). Olvidarse de la tabla clasificatoria y ganar. Lo fundamental, incluso si hay próxima temporada(hasta que no se resuelva positivamente, no lo creeré), es seguir planteándose ese partido a partido y dejarse de clasificaciones que únicamente sirven para declaraciones semanales absurdas.
Apunte. La noticia de Lassad, jugador del C.D. Toledo incorpora, por una vez, el buen aporte de su compañero Pablo Alcolea que estuvo ahí, con sus conocimientos médicos, para evitar estar hablando de un drama. Si todo sale bien, es para hablar de una amistad de por vida.
