El pasado miércoles se publicaba un interesante artículo de Enrique Moscat en el diario Información sobre aplicar el modelo "Monchi" en el Hércules CF. Tenía propuestas llamativas aunque, en cierto sentido, me temo que vendrían bien a medio plazo pero que se pueden ir llevando a cabo, a menor escala, porque los medios son lo que son y, lo que es peor, la falta de voluntad de los de arriba a la hora de dar el paso.
- Un sistema que jugaría con un elemento estadístico que permitiese un constante crecimiento de la base de datos de jugadores mirados, observados, valorados pero, sobre todo, "filtrados" donde no hubiera delanteros de tres-cuatro goles por temporada.
- Un método que, posteriormente, debería dar el paso a ver a los jugadores in situ y valorar su interés.
- Un modelo que también tratase de encontrar información sobre el jugador a todos los niveles(físico, psíquico-en lo relacionado a la capacidad de liderazgo, el rendimiento en función de las exigencias,etc-, personal).
Todo ello implica unos recursos personales(en segunda B podríamos hablar de 3-4 miembros más la opción de pactar colaboraciones con ex-jugadores del club que vivan en otros sitios y ayudasen a sugerir nombres y dar informes) que pueden suponer un pellizco para el presupuesto, aunque menos que dos malos fichajes contratados por "catálogo".
De mediar, a medio plazo(si el club, insisto, supera "lo de Europa"), un ascenso a 2ª División ya se podría ir a mercados más cercanos(el resto de España-ahora pienso en la zona más cercana a Alicante y varias provincias más de alrededor-, Portugal o Italia).Ya en Primera División, aparte de mejorar el cuerpo técnico, pensar en otros mercados como mis preferidos jugadores sudamericanos(argentinos, chilenos y uruguayos, por su gen competitivo y su forma de ser tenaz).
Queda mucho trabajo. El mismo "Monchi" reconocía que los inicios no fueron fáciles y que no habían cajones en su despacho para los informes. Acertó con el entrenador, algunos de sus fichajes el primer año y el Sevilla acabó subiendo a primera y sin bajar del 10º puesto desde entonces, logrando cinco títulos de Europa League. No digo con eso que el Hércules, de emularlo, lograse esos éxitos.
La mala suerte del Hércules es que las dos veces que intentó un sistema profesional de cuerpo técnico acabaron languidenciendo en tiempo récord: el de Rodríguez en 2003 y el Sergio Fernández en 2012(por más que alguno insista en tildarlo de fracaso, fue mejor que los dos años siguientes juntos).
El de Eduardo Rodríguez se comenzó a plasmar en abril-mayo de 2003 con la llegada de varios jugadores-entre ellos, el propio Sergio Fernández- y acabó trayendo a algunos de los jugadores artífices del ascenso del año siguientes: Rubén, Sergio, Nano, Merino(estos dos últimos se concretaron con Subirats pero la decisión de elegirlos fue del equipo de Rodríguez) más otros que tuvieron una participación algo menor(Gustavo,Asián).Sí hubo que otro desacierto como Cases y el que no sabremos cómo habría rendido, Nacho Franco(venía de hacer 18 goles en Lanzarote y marcó 15 en esa temporada 2003/04). Al final de junio se terminó ese cuerpo técnico tras la polémica con el ascenso del "B" a Tercera y su minúsculo presupuesto, que encendió al sanluqueño.
Ocho años después, Sergio Fernández y su equipo intentaron hacer un equipo que no subió tras fallar en la promoción ante el AD Alcorcón pero realizó varias incorporaciones que aportaron en lo deportivo y alguno en lo económico.Su salida deja dudas sobre qué hubiera pasado de haber seguido pero es algo que nunca sabremos.
Le queda a Portillo un arduo trabajo, porque su crédito entre los aficionados es francamente negativo y sólo le salva por ser quién es. Quizás sea la hora de intentar dar un cambio al sistema de fichajes.
Apunte Si la cifra de Falagán ha durado veinte años, ya veremos lo que se puede tardar en superar la de Falcón que puede irse a cerca de 200(159 al final de esta temporada más 38 de la 2018/19). Lo que parece llamativo es que el siguiente guardameta que empiece por Fal puede tener todos los números para superar a Falcón.