Ayer terminó en Llagostera la primera vuelta de esta temporada 2017/18. Lo hizo de la mejor manera: ganando 0-1, marcando el “9” su cuarto gol de la temporada, manteniendo la puerta a cero…quitándose el susto del día anterior. La expedición blanquiazul estuvo en un tris de tener un grave accidente camino de la ciudad gerundense, salvándose por la aptitud profesional del chófer y, al final, acabó llegando al hotel con las caras de susto y de alivio. Aunque nadie dudaba de la profesionalidad de los jugadores, sí había interés en ver cómo afrontarían el partido tras el susto en la carretera.
Para empezar, asombró la actitud que mostró el entrenador al sacar
de inicio a la dupla Carlos Fernández-Óscar Díaz. Las bajas numerosas pintaron
un diseño clásico de 4-4-2 con la capacidad de Chechu y Salinas de actuar como
puñales desde atrás. Todos vestidos de blanco solidario. En sí, el despliegue
del equipo en el césped artificial fue de los de “mono de trabajo”, un esfuerzo
que tuvo su premio con esa triangulación
Salinas-Chechu – Carlos Fernández en el 0-1, con la inteligencia añadida del
delantero de rematar lejos de las posibilidades del portero de atajar el balón.
Pudo haber sido una victoria más
holgada, eso sí. En la segunda parte se
pudo haber ampliado el marcador en varias ocasiones y el único temor venía de
un marcador escaso(0-1), un campo pequeño y un juego muy directo que, en un
momento determinado, pudo haber supuesto otro susto menos “vital” pero sí
peligroso para la tabla clasificatoria.
Por desgracia, el único pero es el de siempre: una temporada
muy cargada de lesiones musculares, en el que incluso hay “reincidentes” y eso
es peligroso debido a lo problemático de este tipo de lesiones. Quizás, tras el
acuerdo con la Universidad de Alicante, hay una intención de poder contar con
otro tipo de instalaciones deportivas tras prescindir , en su día, de
Fontcalent y suponemos seguir con el estadio de atletismo. El próximo año 2018, más fútbol.
Apunte. No albergo dudas sobre la clasificación del RCD
Mallorca para jugar la promoción de ascenso pero quizás sí para el ascenso. Lleva
cuatro semanas consecutivas empatando y ante rivales que tampoco deberían
complicarle la victoria. Las diferencias son cuantiosas, pero también me
acuerdo de ese Hércules imbatido de la temporada 1989/90 que, al final, se dejó
caer porque su fútbol era menor que sus resultados.