Eso era lo que se podía leer ayer en las redes sociales del entorno de Centre d'Esports Sabadell y su entorno, empezando por el entrenador Toni Seligrat. Ni una palabra de autocrítica. Según él, el partido terminó de analizarse en la expulsión de Aleix Coch. Ni una palabra sobre el partido extremadamente tranquilo que tuvo Ismael Falcón que, salvo algún despiste de la defensa, no tuvo que hacer mucho más. Ni una palabra de estar tirando el partido desde el primer minuto con pérdidas de tiempo constantes, partiendo por el propio guardameta arlequinado que desquiciaba con su "calma". Un partido flojísimo por parte del equipo catalán pero nada. Sólo quejas, quejas y más quejas sobre dos lances: la expulsión en el minuto 37 y el penalty que, según el entrenador y jugadores, había ocurrido "un metro antes de llegar al área grande". Desde mi ubicación, reconozco que no era fácil de precisar pero el primer momento de intuición me hizo pensar que fue fuera pero muy ajustado. El colegiado vio a Nieto derribado y señaló el punto de penalty sin apenas dudar, aunque desde el entorno lanero indiquen "que tenía dudas". Personalmente, si el árbitro hubiera tenido dudas habría consultado con el linier y éste le diría lo que pensaba. Incluso, lo más sencillo era echarse atrás y pitar la falta al filo del área grande. Sobre la expulsión, se puede hablar de todo(riguroso) pero que es justo, que las dos amonestaciones eran merecidas, aunque la primera tarjeta la recibió al comienzo del partido.
Sobre el partido, también hubo dos partes claras: la primera fue poco precisa aunque bien pudo acabar con el marcador a favor si Juli hubiese estado afortunado en un balón a la madera. No fue agradable el partido, Pepelu me recordaba a aquel Fernando Morán del año 2009 porque era capaz de mostrar un buen desempeño como suplente pero discreto como titular. Afortunadamente, el rival aportó nada, sólo tarjetas y la expulsión del mencionado Coch. Entre un equipo poco preciso y otro que no arriesga, lo lógico era un 0-0 al descanso. En la segunda parte, siguió la tónica quizás más a favor del Hércules hasta que llegó la incursión de Nieto y el derribo. Chechu ejecutó a la perfección una pena máxima que causaba preocupación(ya se sabe, penalty que no es, penalty que no se marca). Mientras que el conjunto arlequinado pensaba si tenía que salir a buscar el empate(es que tampoco hizo ademán de intentarlo) llegó el 2-0 en un centro de Gaspar y el remate de cabeza de Carlos Fernández. Durante veinte minutos, hubo tranquilidad en la grada salvo algún disparo nada inquietante de un conjunto que llegaba a Alicante sin perder y sin encajar goles. Eso sí, como nota negativa, no se aprovechó la cantidad de saques de esquina que pudo tener el equipo de Siviero y que son importantes para el devenir de la competición.
Aunque la victoria me ha alegrado, también siento una honda decepción. Desde hace unos años veía en Seligrat una opción de futuro para el banquillo blanquiazul( de eso que se dice "medio plazo"). Sin embargo, su planteamiento de ayer me pareció indigno de poder sentarse en el banquillo herculano. Puedo llegar a entender la pérdida de tiempo con ventaja en el marcador e intentando parar el ritmo al contrario, pero nunca desde el primer minuto y contentándose con un empate.
Apunte. Otro que estuvo inmenso ayer fue Luis García Tevenet en la rueda de prensa posterior a la segunda debacle del Sevilla At. Llegó a considerar como factor de la derrota el calor que hacía en Sevilla ante un rival de León, un clima más fresco que el de la ciudad hispalense. Aunque otro gran argumento fue "que no le dejaban marcar el 2-0".