viernes, marzo 24, 2017

Mirando a los niños como futuro

Hace poco más de un mes tuve una ocasión de vivir un partido que estaba esperando-quizás más mi pareja- , un hecho especial como es entrar en un feudo colosal: el Santiago Bernabéu. Curiosamente, el rival del Real Madrid también era importante para mí: uno de mis otros equipos, el RCD Espanyol. Fue una ardua labor sólo el hecho de coger dos entradas juntas a través del servicio online. Aquella visita debía de ser mejor si, en vez de dos, se hubiese podido comprar cuatro entradas juntas, pues el propósito era juntarnos también con mi hermano y mi sobrino, ambos residentes en Madrid, pasar un buen fin de semana. Por desgracia, como decía, fue tan complicado que, al final, tuvimos que comprarlas de dos en dos. El precio, aún siendo caro, me sorprendió al no haber opción de comprar entradas a precio reducido para mi sobrino al ser un niño. Así pues, su padre-mi hermano-debió de satisfacer un buen importe(encima con tiempo) para ver un partido de fútbol de primera división.

Al día siguiente, camino de José Rico Pérez, tuve la ocasión de ver a una niña, vestida con una camiseta del Real Madrid, pasear con su padre. En ese momento, barrunté escribir un artículo como éste, pensando en qué fácil debería ser que el fútbol modesto podría intentar cautivar a los niños para que, aparte de ser un determinado equipo grande, pudieran sentir algo por los clubes modestos, de la tierra(aquello de #Supportyourlocalteam). Aunque es cierto que la segunda B no es interesante para un niño, tenía el recuerdo de los precios de veinticuatro horas antes, ver que esa niña apenas podría tener muchas ocasiones de ver a su Real Madrid en su estadio.  Sin embargo, ese artículo fue cayéndose como los resultados del propio Hércules CF. De hecho, recuerdo que aquel día nos levantamos temprano en el hotel para coger el tren y estar presente, por la tarde, en el Rico Pérez.

Sin embargo, la historia propia de las personas juega caprichosa y mi hermano, con su familia, vino a visitarnos con la ocasión del día del Padre(y San José, que para eso ambos tienen ese primer nombre). La sorpresa fue que mi hermano, el día anterior, me comentó que irían con nosotros a ver el rcules con el filial del Espanyol(de ahí a hablar del capricho del destino). Obviamente, el coste fue considerablemente menor pero, al menos, me alegra ver que mis sobrinos(porque también pudo venir el otro más pequeño) pudieron disfrutar de una victoria, se lo pasaron bien a pesar de la diferencia abismal de ambientes comparado con ese día. No sé qué se le quedará a mi sobrino en la memoria sobre su primera vez en el Rico Pérez. Obviamente, no me hago ninguna expectativa porque esto del sentimiento por un club se va "mamando" con la "costumbre" de ir al estadio.Sí que recuerdo, que con su edad, yo viví un ascenso pletórico como el de 1984, de los que te marcan(aunque no fue el primer partido).  

Con la visita de mi hermano y, sobre todo  mis sobrinos, se cierra mi artículo. Esos cinco euros por niño permitieron que vieran un partido de segunda B. A partir de ahí, vuelvo a pensar en que, una de las medidas de los clubes modestos(y lo somos a pesar de la historia), debería buscar el modo de alentar que la primera experiencia futbolística la puedan tener en nuestras gradas, vivir un ambiente que, aún no siendo el de las grandes ocasiones y clubes, sí que permte absorber sensaciones(las alineaciones cantadas, el himno, los goles...la victoria si llega) que, con el tiempo, van calando. Luego,las vidas de cada uno de los niños les llevará a aficionarse a otros equipos(no es delito ser de varios equipos) pero el primer pensamiento, el infantil, el inocente le llevará a no perder nunca el cariño, el afecto por el equipo...como el nuestro, por ejemplo. Aprovechar que otros grandes clubes se mueven por una precios prohibitivos para darles algo bonito que recordar.


Apunte Antes, mucho antes de aparecer Simeone y su "cholismo"(partido a partido), ya había bastante gente que apelaba a que los objetivos a largo plazo sólo pueden lograrse ganando los que están a corto plazo, es decir, los propios partidos. Ahora, lo extraño es exigir que Luque consiga lo que no hizo el anterior entrenador. No exigiré a Luque lo que nadie exigió a Tevenet.