Un gol ha encajado Chema Jiménez desde que el Elche Ilicitano se puso por delante en ese partido de la vergüenza. Ese tanto llegó en el terreno de juego de la “Feixa Llarga”, en Hospitalet de Llobregat. El equipo había mostrado buenas perspectivas detrás durante los partidos de pretemporada pero el inicio de liga en Elda rompió esa imagen que ahora sí vemos. Y eso que no podemos hablar de un equipo precisamente “férreo” atrás, pero los números demuestran lo contrario. Cinco goles lleva encajados en diez partidos y dos en los últimos ocho. Son números que hablan bien del trabajo defensivo de todo el equipo. Los tres últimos encuentros se han quedado con el guarismo en contra a cero. Una cifra que aún está lejos de los siete partidos que estuvo Toño Martínez en la temporada 2002/03 entre la jornada 16 y 22.El hecho de no recibir goles, obviamente, facilita la obtención de puntos porque el equipo lleva nueve semanas sin perder porque, para más inri, los dos últimos goles encajados no han supuesto ninguna merma para las pretensiones blanquiazules. Con todo, los quince partidos sin perder obtenidos, igualmente, en la temporada 2002/03 aún son un objetivo que aún está algo lejos para los de José Rojo “Pacheta”. Lo curioso de esa racha es que no sirvió para nada porque el equipo, entonces dirigido por Felipe Miñambres, se dejó veinte puntos en esa racha(cinco victorias y diez empates).
Por contra, preocupa el tema de los goles marcados. Sólo el partido ante el Atlético Baleares dignificó algo el tema de goleadores con los tres tantos de los delanteros Portillo y Fernando Rodríguez pero, hasta la fecha, el máximo goleador era Adri Cuevas. En diez jornadas llevan tres goles como máxima cifra de goles cuando, por ejemplo, Linares(Real Oviedo) lleva doce goles. En casa, además llevan dos semanas consecutivas sin marcar, cosa que no se repetía desde octubre de hace once años, cuando se empataba a cero ante el Espanyol B y el Nàstic. Con cierta sensación de perder puntos de forma innecesaria y es que dos ocasiones, simples y sencillas, hubieran bastado para sumar cuatro puntos: el remate final en el partido ante el Huracán Valencia y el de la pasada jornada en el que guardameta paró el flojo disparo.En ambas ocasiones, la opción la tuvo Portillo.
Mirar atrás ayuda a ver el presente con más datos. Por ejemplo, no se lograba seis victorias consecutivas desde hace más de veinte años(ojo, con datos de 2ªB,no cuento los de 2ª) ya que la segunda etapa hubo más “igualdad” y no fue tan fácil encadenar victorias. Otro tema sería las jornadas sin perder. Ahí están en un podio las quince mencionadas de la temporada 2002/03, las catorce de la temporada 1989/90(serían 13 pero la jornada 14ª se suspendió para el Hércules y, en la quince, empató con el C.D.Benidorm) y las once de la temporada 2003/04. Curiosamente, hay una temporada(1990/91) en la que una derrota en Alcoy frenó nueve semanas sin perder que, tras el Collao, se volvieron a repetir. En el lado negativo, el podio lo ocupa, una vez más, la temporada 1989/90 con once semanas sin ganar y que, siguieron, irónicamente, a las catorce sin perder en un año totalmente desquiciante.Le sigue los nueve partidos de la temporada 2003/04 donde, además, tenemos el triste record de cuatro derrotas consecutivas en el estadio Rico Pérez.
En las próximas semanas veremos qué resultado ocurre ante el Valencia Mestalla, el filial “ché” por parte de un equipo, el blanquiazul que, para terminar el artículo, ocuparía el tercer puesto de una clasificación de todos los equipos del Hércules en 2ªB, igualado con los 19 puntos sumados por el de Manolo Jiménez en la temporada 1999/2000, tres puntos por debajo del “homogeneizado” de Moncho(para igualarlos en condiciones, había que darles tres puntos por victoria para ver esa “tabla”).
Apunte. La renuncia a participar en la Copa Federación por parte del Hércules C.F. hace plantearme sobre soluciones para darle vidilla a esta competición. Una opción es tan factible como descartable-hacer de teloneros de la final de la Copa del Rey- pero hay otra bonita y que sería darle un puesto seguro en el bombo de la Copa del Rey para poder estar entre los elegidos para recibir un equipo de Champions, ahorrándose las tres eliminatorias que juegan con otros equipos de 2ªB.