Tenía cierto resquemor ante este
partido pero no pasaba por mi mente ni la de ninguno que se fuera a
caer con tanto estrépito ante Holanda y merecidamente. Un rival que,
curiosamente, en el particular modo de escribir de los medios
nacionales, “estaba en un nivel inferior” al de hace cuatro años.
Menos mal. Porque ha pasado por encima de la selección un tren
arrollador que tenía, para más inri, “sed de venganza” por lo
acontencido hace cuatro años en la final del Mundial de Sudáfrica.
Además, había algo más importante: el que perdía el partido, amén
de jugársela con Chile, sabía que su cruce de octavos pasaba, nada
menos, que por jugar con la anfitriona. Y si eso ya es complicado,
imaginen si se llama Brasil y ya demostró en el partido inaugural
que no le costaría contar con “ayuda” ajena. Es decir, una
derrota dejaba el camino absolutamente bloqueado en octavos.
Y eso que el gol de Xabi Alonso daba
buenas vibraciones. Con 1-0 y ese segundo gol posible en las botas de
Silva, todo pintaba de color blanco pero el conjunto “oranje”(aunque
con ese azul marino en el día de hoy) pasó por encima del combinado
nacional sin arrugarse. Además contó con una ayuda extra de una
defensa que estuvo, como se suele decir “empanada” y un Iker
Casillas que tampoco tuvo su día. La euforia de muchos, como
siempre, cambiará en un cruel rechazo, a un “ya lo dije, que
estaban muy “creciditos”. Y lo peor es que el entrenador rival es
de los que se crecen en situaciones como ésta.
La derrota, dicen, puede venir bien
porque bajará los humos pero no sé qué decir. Recuerdo que en los
primeros amistosos tras ganar el Mundial de Sudáfrica recibió
varios vapuleos(Argentina, Portugal) parecía reaccionar pero aquí
no hay posibilidad de reacción. A partir de ahora hay dos finales,
pasando la primera por vencer, sí o sí, a Chile y luego a
Australia. Si alcanza los octavos, Brasil y para casa. Sí, puede
darse que le salga un partido a España como le ha salido a Holanda,
de gran acierto arriba pero el pesimismo, por ahora, es
mayoritario.Una derrota muy dolorosa en el que la imagen del partido
fue el caminar de Del Bosque por el banquillo intentando animar a
unos jugadores que se han dado de golpe con una realidad...que la
historia no gana partidos.
Apunte. Para más inri, ha sido
la derrota más contundente de una selección que defendía título
en su partido inaugural. Varias lograron ganar, algunas empataron y
sólo Argentina(y en sus dos ocasiones, ante Bélgica y Camerún,
ambas por 0-1) y Francia han perdido. Italia en 2010 empató los dos
primeros partidos y perdió el último con Eslovaquia.