En 2009 llegaba a los cinco años con este blog. Esta fue la entrada que escribí, recordando que hacía 25 años se había logrado el único ascenso a 1ª en el propio estadio(en 1996 fue en Badajoz, en 2010 fue en Irún). El rival era el Club Deportivo Castellón. Por esa época, 2009, estábamos con el sueño de subir a 1ª pero un par de fallos impidieron lograrlo en la "temporada de los 78 puntos". Luego se preparó el equipo para el ascenso.
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El recuerdo decisivo
Se podría escribir como hace 75 años se subió a Segunda por una reestructuración que, a su vez, fue la lanzadera para el ascenso a Primera División; también recordar que el campo de Bardín veía hace 55 años el último partido oficial del Hércules y que daba a los blanquiazules su tercer ascenso a Primera División; por estas fechas-el 26 de mayo- harán 35 años de la gesta en El Sadar que llevó al club herculano a la élite pero, en esta ocasión, quiero hacer mención al recuerdo decisivo, el que ha hecho herculano a quién escribe este artículo de este blog. En el día de hoy, 20 de mayo, hará 25 años del ascenso de un grupo de jugadores que hizo que una generación de jóvenes los tuviera en mente: los Espinosa, Latorre, Rastrojo, Mañuz, Cartagena, Parra, Reces, Sanabria o Santi Bakero fueron la columna vertebral de ese equipo que recuperaba el ánimo de una afición decaída: los dos años en la división de plata tras haber disfrutado de la élite durante los ocho anteriores hizo que la afición volviera al Rico Pérez cuando volvía a sentir cercano el perfume de la primera división. Poco a poco, el ambiente se iba agrandando hasta que llegó el gran día. Un sol de justicia hacía ese domingo; el estadio estaba lleno de aficionados deseosos de recuperar la categoría perdida. Tras casi toda una temporada acudiendo al estadio gracias a las célebres invitaciones de colegios, aquel día, recuerdo, no disponíamos de ellas mas acudimos al estadio mi hermano y yo; ignoro el motivo por el que fuimos pero lo que tengo en mi mente es la imagen del portero de la grada del mundial, tras escuchar el 1-0 del público que estaba en las gradas, dejaba entrar a los que pocos que quedábamos ahí. La espera fue propicia pues pudimos vivir, in situ, el ascenso de categoría. Luego, el destino hizo que, durante un lustro no volviera a pisar el estadio salvo para dos o tres partidos; el primer descenso a 2ªB fue el que activó mis recuerdos del ascenso del 84-aparte del hecho de acudir ya solo al estadio- y el que me hiciera concienciar del necesario apoyo.
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El recuerdo decisivo
Se podría escribir como hace 75 años se subió a Segunda por una reestructuración que, a su vez, fue la lanzadera para el ascenso a Primera División; también recordar que el campo de Bardín veía hace 55 años el último partido oficial del Hércules y que daba a los blanquiazules su tercer ascenso a Primera División; por estas fechas-el 26 de mayo- harán 35 años de la gesta en El Sadar que llevó al club herculano a la élite pero, en esta ocasión, quiero hacer mención al recuerdo decisivo, el que ha hecho herculano a quién escribe este artículo de este blog. En el día de hoy, 20 de mayo, hará 25 años del ascenso de un grupo de jugadores que hizo que una generación de jóvenes los tuviera en mente: los Espinosa, Latorre, Rastrojo, Mañuz, Cartagena, Parra, Reces, Sanabria o Santi Bakero fueron la columna vertebral de ese equipo que recuperaba el ánimo de una afición decaída: los dos años en la división de plata tras haber disfrutado de la élite durante los ocho anteriores hizo que la afición volviera al Rico Pérez cuando volvía a sentir cercano el perfume de la primera división. Poco a poco, el ambiente se iba agrandando hasta que llegó el gran día. Un sol de justicia hacía ese domingo; el estadio estaba lleno de aficionados deseosos de recuperar la categoría perdida. Tras casi toda una temporada acudiendo al estadio gracias a las célebres invitaciones de colegios, aquel día, recuerdo, no disponíamos de ellas mas acudimos al estadio mi hermano y yo; ignoro el motivo por el que fuimos pero lo que tengo en mi mente es la imagen del portero de la grada del mundial, tras escuchar el 1-0 del público que estaba en las gradas, dejaba entrar a los que pocos que quedábamos ahí. La espera fue propicia pues pudimos vivir, in situ, el ascenso de categoría. Luego, el destino hizo que, durante un lustro no volviera a pisar el estadio salvo para dos o tres partidos; el primer descenso a 2ªB fue el que activó mis recuerdos del ascenso del 84-aparte del hecho de acudir ya solo al estadio- y el que me hiciera concienciar del necesario apoyo.
He
vivido tres ascensos más(1993,1996 y 2005); muchos de ellos han
supuesto tardes pletóricas y, quizás, más concienciación de lo que se
está viviendo, por ejemplo, el sábado pasado ante el C.D. Tenerife, en
comparación con el ascenso de hace 25 años. Muy seguramente tendré poco
recuerdos de toda aquella temporada pero un segundo tanto en ese
partido ante los de La Plana, el final del encuentro con la consecuente
invasión del terreno de juego y, por último, pisar el césped hizo que un
chaval cercano a cumplir los diez años viviera su primera gran tarde de
ilusión y alegría herculana. Será cierto que este club te da pocas pero
grandes alegrías y, eso sí, mucho pesar pero todo se olvida cuando
vuelves a recordar aquellas tardes de 1984 empezando por aquella del día
del Castilla en la que el once herculano respondía al 0-2 en el
marcador Dardo al grito de la afición en cada saque de esquina(¡gol,
gol,gol!....y el gol llegaba en esa jugada), aquellas curiosas entradas
del 84 que debí guardarme y que, por esas historias de mudanzas, se
habrán perdido; aquellas victorias que se "culminaban" fingiendo ser un
Sanabria o un Parra antes que un Maradona o un Schuster en un terreno de
juego tras finalizar el partido de turno. Todo ello vuelve a mi memoria
el día de hoy para recordar como aquel 20 de mayo de 1984 el Hércules
ascendía a Primera División y yo era uno de los tantos que presenciamos
aquella victoria y disfruté lo suficiente como para seguir sintiéndome
herculano...toda la vida.