lunes, mayo 27, 2013

Relax

Mucha tranquilidad, mucha paz tras el pitido final de Martínez Munuera...en Santander. Había fe en los jugadores blanquiazules en Soria, tras once jornadas sin perder, pero había una combinación de resultados que permitía jugar el partido del Nuevo Los Pajaritos sin riesgo alguno y se ha dado: no debían ganar murcianistas y racinguistas. Con el 0-2 de Murcia, quedaba ver el partido en Marca TV para comprobar si se daba el último resultado necesario...y llegó en forma de empate. A partir de ahí, explosión de alegría y júbilo entre los aficionados herculanos porque se había logrado algo imposible de creer allá por finales de diciembre, cuando el conjunto blanquiazul perdía 1-3 con el rival soriano y abría un escándalo que acompañó a la entidad todas las fiestas navideñas, ese famoso comunicado anunciando la salida nocturna de varios jugadores. Nadie daba un euro por este club. Hoy, cinco meses después, se jugaba un partido entretenido, muy alejado del previsible biscotto si hubiera vencido alguno de los dos rivales que, de haber vencido, podían haber alcanzado los 44 puntos. Con los dos equipos fuera de riesgo, se jugó un partido sin tensión. Normal, era la primera vez, tras el comienzo de la temporada, que el aficionado blanquiazul podía disfrutar del fútbol sin pensar en la tabla clasificatoria tras ocho meses de constante sufrimiento y depresión durante meses.

Puede que eso afectara a los propios jugadores, que no mostraron la misma intensidad de otros encuentros pero, por una vez, se les perdona porque el esfuerzo por salvar al club ha sido tan fuerte que, tras conseguir la tranquilidad deportiva, era normal el bajón en la adrenalina, como lo hemos visto con el recién ascendido Elche C.F., que no ha ganado tras conseguir el ascenso directo. Y eso que el partido empezó de la mejor manera con el gol de Portillo tras batir a Biel Ribas en un mano a mano. Durante bastantes minutos de la primera parte se veía que la inercia herculana seguía firme, incluso ante los fallos de los sorianos ante la meta de Falcón. Al borde del descanso, llegó la jugada clave: derribo de Cabrera a Bedoya, resuelto con el clásico “penalty y expulsión” que impedirá que el uruguayo se despida, previsiblemente, de Alicante ya que no jugará el último partido en el estadio blanquiazul. Nagore marcó el empate. En la segunda parte llegó el 2-1 demasiado pronto-gol de Natalio- que reafirmaba que era un partido parecido a cualquiera de pretemporada. Portillo marcaba el gol número 17 de la temporada tras rematar un centro de Toti e igualaba el marcador con uno menos. El equipo rojillo buscó el 3-2 de forma abierta y lo logró en un rechace de Falcón que aprovechó Julio Álvarez. Poco después, el mismo jugador tuvo la opción del cuarto gol pero el cancerbero gaditano impidió el tanto con una palomita espectacular que demostró el gran estado del portero.

Un partido en el que la derrota dolió muy poco, casi nada porque lo más grande estaba logrado: una permanencia con sabor a ascenso porque este equipo, durante meses, estuvo más cerca de la 2ªB que de 2ª.


Apunte Sendos escándalos en los feudos de Real Murcia y Real Racing de Santander. La victoria del Club Deportivo Mirandés generó la suficiente tensión y el miedo pudo con los nervios locales de ambos. Ahora deben de jugar con los cuatro-cinco puntos de desventaja con los burgaleses, pudiendo descender la próxima semana.