Mucha
tranquilidad, mucha paz tras el pitido final de Martínez
Munuera...en Santander. Había fe en los jugadores blanquiazules en
Soria, tras once jornadas sin perder, pero había una combinación de
resultados que permitía jugar el partido del Nuevo Los Pajaritos sin
riesgo alguno y se ha dado: no debían ganar murcianistas y
racinguistas. Con el 0-2 de Murcia, quedaba ver el partido en Marca
TV para comprobar si se daba el último resultado necesario...y llegó
en forma de empate. A partir de ahí, explosión de alegría y júbilo
entre los aficionados herculanos porque se había logrado algo
imposible de creer allá por finales de diciembre, cuando el conjunto
blanquiazul perdía 1-3 con el rival soriano y abría un escándalo
que acompañó a la entidad todas las fiestas navideñas, ese famoso
comunicado anunciando la salida nocturna de varios jugadores. Nadie
daba un euro por este club. Hoy, cinco meses después, se jugaba un
partido entretenido, muy alejado del previsible biscotto si hubiera
vencido alguno de los dos rivales que, de haber vencido, podían
haber alcanzado los 44 puntos. Con los dos equipos fuera de riesgo,
se jugó un partido sin tensión. Normal, era la primera vez, tras el
comienzo de la temporada, que el aficionado blanquiazul podía
disfrutar del fútbol sin pensar en la tabla clasificatoria tras ocho
meses de constante sufrimiento y depresión durante meses.
Puede
que eso afectara a los propios jugadores, que no mostraron la misma
intensidad de otros encuentros pero, por una vez, se les perdona
porque el esfuerzo por salvar al club ha sido tan fuerte que, tras
conseguir la tranquilidad deportiva, era normal el bajón en la
adrenalina, como lo hemos visto con el recién ascendido Elche C.F.,
que no ha ganado tras conseguir el ascenso directo. Y eso que el
partido empezó de la mejor manera con el gol de Portillo tras batir
a Biel Ribas en un mano a mano. Durante bastantes minutos de la
primera parte se veía que la inercia herculana seguía firme,
incluso ante los fallos de los sorianos ante la meta de Falcón. Al
borde del descanso, llegó la jugada clave: derribo de Cabrera a
Bedoya, resuelto con el clásico “penalty y expulsión” que
impedirá que el uruguayo se despida, previsiblemente, de Alicante ya
que no jugará el último partido en el estadio blanquiazul. Nagore
marcó el empate. En la segunda parte llegó el 2-1 demasiado
pronto-gol de Natalio- que reafirmaba que era un partido parecido a
cualquiera de pretemporada. Portillo marcaba el gol número 17 de la
temporada tras rematar un centro de Toti e igualaba el marcador con
uno menos. El equipo rojillo buscó el 3-2 de forma abierta y lo
logró en un rechace de Falcón que aprovechó Julio Álvarez. Poco
después, el mismo jugador tuvo la opción del cuarto gol pero el
cancerbero gaditano impidió el tanto con una palomita espectacular
que demostró el gran estado del portero.
Un
partido en el que la derrota dolió muy poco, casi nada porque lo más
grande estaba logrado: una permanencia con sabor a ascenso porque
este equipo, durante meses, estuvo más cerca de la 2ªB que de 2ª.
Apunte
Sendos escándalos en los feudos de Real Murcia y Real Racing de
Santander. La victoria del Club Deportivo Mirandés generó la
suficiente tensión y el miedo pudo con los nervios locales de ambos.
Ahora deben de jugar con los cuatro-cinco puntos de desventaja con
los burgaleses, pudiendo descender la próxima semana.