Cuando salía del estadio José Rico Pérez tras finalizar el encuentro no sabía qué sentir. Se pudo haber perdido por el penalty que, afortunadamente, atajó Falcón, pero también se pudo haber ganado... y no hablo de esos dos minutos con el 1-0 en el marcador. El empate supone el cuarto partido consecutivo sin perder, quizás es lo positivo porque los jugadores, muy poco a poco, están logrando ser algo más competitivos. Así pues, no sé si sentirme satisfecho con el punto o insatisfecho. Unas horas después de haber terminado el encuentro, lo único seguro es que el empate fue el resultado justo: la primera parte fue alicantina; la segunda parte fue onubense pero, en ningún momento, esos dominios fueron claros.
En la primera parte se vieron aspectos positivos como la buena aplicación en defensa de Jordi César hasta que se lesionó y una firmeza extraña que hizo que los onubeses apenas inquietaran...y si lo hicieron fue más por el miedo de nuestra propia zaga. Tuvo el Hércules tres ocasiones claras para irse por delante en el marcador antes del descanso: Sardinero remató en dos ocasiones, estampando un balón en el poste y el otro salió fuera por poco; después, Portillo no llegaba a un centro de Toti. Realmente el Recreativo no preocupó por sus méritos salvo un disparo de Chuli que Falcón mandó a saque de esquina. De haber tenido buena inercia, lo normal era haber acabado los primeros cuarenta y cinco minutos con un 2-0, fácil. Pero la primera parte nos dejaba la mala noticia de la lesión de Jordi César y el debut de Mario Rosas.
La segunda parte fue onubense y desde el inicio. A los tres minutos se había ganado una falta al borde del área que era su segunda jugada de peligro...y anticipo de la siguiente jugada, donde Juanra derribaba a Chuli dentro del área grande. Como diría aquél: penalty y expulsión. Jonathan Valle erraba la pena máxima o, mejor dicho, Falcón acertó el lado y evitaba el 0-1 en el marcador. El equipo tuvo unos instantes de euforia que acabaron dando el resultado de 1-0. Mario Rosas cedía el esférico a Fran Mérida y éste daba el pase perfecto a Peña; éste entra en el área grande y pasa a Portillo que sólo tiene que empujar el esférico y marcar su primer gol en Alicante-no marcaba desde aquellos dos goles al Rayo Vallecano- y cuarto en su casillero de la temporada. Pero, como se dice en estos momentos delicados, poco dura la alegría en casa del pobre. Dos minutos después Jesús Rubio lograba el empate y ponía el miedo a un 1-2 que no llegó porque los onubenses parecían haber firmado el empate antes de empezar el encuentro para parar su crisis de resultados.
Un aspecto a mencionar era el hecho de estar "muertos" físicamente los jugadores en los minutos finales. Y es que hay que ser un "lumbrera" para pensar que, con la condición física limitada- "de serie", tras la pretemporada- que tienen los jugadores, es absurdo jugar a las 12 de la mañana con el sol que hace.
Apunte(editado 11/dic): Afortunadamente, la lesión que obligó a retirar a Jordi César del
terreno de juego ha quedado en nada. El jugador había sido, hasta su
sustitución, de lo mejorcito y lo mejor es que no vería frenada su
progresión. Porque se llegó a rumorear desde una lesión en el tendón de
Aquiles a una rotura fibrilar en el gemelo.