Hoy se ha conocido el fallecimiento de Don José Rico Pérez aunque ya corrieron rumores ayer por la tarde, durante la manifestación por los precios de los abonos, que corroboraban que estaba en un estado muy grave de salud. Un fallecimiento que, dentro de la tristeza, le llegó habiendo disfrutado ,desde su balcón, de la fiesta del ascenso en la plaza de los Luceros el pasado 19 de junio, con lo que deja esta mundo entre el cariño de sus familiares, amigos y todo el herculanismo que le tiene en el recuerdo por lo que supuso su gestión en el Hércules C.F. y cómo, dejando de ser presidente, no dejó de ayudar a su equipo cuando se le reclamó. Aunque lo comentaré más tarde, nos legó un estadio, buena parte de la historia del Hércules en primera se debió a su gestión y, lo mejor, es que el reconocimiento no le llega sólo ahora sino que lo vivió en vida con los homenajes que se le realizaron, sea desde el club, sea desde el entorno que engloban los medios de comunicación locales y los aficionados a través de sus peñas, asociaciones, etc. En la mente, el deseo de que, en su adiós, no haya sido consciente de todo lo acontecido en los últimos días. Aunque sea un poco habitual decirlo en estas ocasiones, sube al cielo donde estará rodeado de buena parte de sus directivos, ex jugadores, etc.
Su paso por el Hércules CF ha sido archisabido: llegó el 12 de marzo de 1971 a la presidencia del Hércules tras ser el único candidato para dirigir un club un poco desestabilizado(Tarruella, Luis Vidal Massenet y, por último, Rico Pérez en la presidencia; en el banquillo, César en dos ocasiones con un período dirigido por Miguel Pérez, por último, Kocsis) y con sus sempiternos problemas económicos a los que intentó dar soluciones de sentido común. Sus primeros pasos fueron en una triple vía: arreglar la situación economica del club, ir fortaleciendo el equipo y continuar con la idea de construir el estadio en la que es la actual ubicación. Deportivamente, su primer año como presidente no fue todo lo positivo que se esperaba, lográndose la permanencia en Cartagena en una promoción complicada. Los pasos fueron poco a poco fortaleciendo al equipo que, en la 72/73, ya no sufre tanto como en la temporada anterior. En 1973 puso dos primeras piedras considerables para el destino del Hércules: la del nuevo estadio ,que en un añose construyó, y la contratación de Arsenio Iglesias como entrenador. Lo que antes fue inestabilidad crónica se pasó a una relación correcta pero de confianza hasta el punto de que el técnico gallego estuvo cuatro temporadas en el Hércules CF, algo inusual en la entidad alicantina. Con don José Rico Pérez en el cargo, el club alicantino se mantuvo ocho años en Primera División de forma continuada, se logró el nuevo estadio fuera sede del Mundial de 1982. El descenso no redujo las ganas del presidente que había alcanzado los diez años en el cargo. El ascenso le hizo recuperar viejos recuerdos aunque su paso por primera división ya fue con la presencia de José Torregrosa como vicepresidente y, posteriormente, en funciones. Volvió a la palestra durante la primera suspensión de pagos(año 2000) cuando ejerció como uno de los tres interventores y a fe que realizó una buena labor asesorando también a sus compañeros en las labores de fiscalización del club. Fue homenajeado en varias ocasiones y presidente de honor de la Fundación del Hércules C.F.
Su nombre, el que logró que toda una asamblea votase que se llamase estadio José Rico Pérez a su magna obra, seguirá nombrándose como recuerdo de los tiempos gloriosos pero también porque siempre estuvo cerca de su Hércules C.F. en los malos tiempos, cuando más se le necesitaba.