A veces, el tiempo gira y gira como una peonza para acabar en el mismo sitio: hace poco más de un lustro, un periódico de la ciudad comentaba una posible fusión del Hércules CF y Alicante CF, los clubes dirigidos por Enrique Ortiz y Antonio Solana. En su día, los argumentos eran los mismos que los que se han leído hoy tras la noticia bomba(que se está hablando)-globo sonda(ya se verá la realidad): lucha de economía vs. sentimientos. Ambos estaban en 2ªB, con deudas y una afición fiel, al menos, en este lado del río deportivo de la ciudad-lo que no niega la fidelidad de los aficionados del otro equipo- pero la realidad truncó, afortunadamente, esa solución. El fin loable de buscar la élite y mantenerse en ella pasaba, según los dirigentes, por una unión para "sumar". Sin embargo, como si nos trasladásemos a aquel 2002, la exigencia lógica por parte de los aficionados de no perder sus "símbolos" hizo -y puede que se repita la historia- trizas el proyecto casi planteado por ambos dirigentes. En el día de hoy se ha publicado en el diario Información un proyecto de fusión- absorción más bien- de Hércules, Alicante, Lucentum y Mar Alicante, pero la lucha de los sentimientos ya ha surgido con el objetivo de minar este proyecto. Tanto por el lado del sentimiento(simbología del Hércules) como por el lado económico(dudosa viabilidad de tan magno club salvo que hayan unas promesas muy serias de aportaciones públicas y/o privadas) soy poco partidario de aventuras como ésta.
Es una lucha desgarradora, lo sé. Entiendo que los directivos de los clubes deportivos, sea SAD o no es irrelevante, se encuentren en una situación que casi exija ayuda para su club pero, también es cierto, que se lamenta el continuo mensaje de la necesidad imperante de unir voluntades sin tener en cuenta que la afición sólo va si ve al equipo de sus amores. Por tanto, se vuelven a tropezar en la misma piedra de 2002: no por sumar clubes se va a sumar aficiones; es más, puede ser hasta contraproducente. No me gustaría que algún directivo leyese estas líneas y viese en éstas un constante martilleo contra su anhelado plan de fusión sino el consejo de quien ha visto "poco pero suficiente" como para ver que, en esta ciudad, para alcanzar la élite no se logra con objetivos ambiciosos pero alejados de la realidad(Bahía o los Roig) sino con cabeza, poco a poco(por ejemplo, esta temporada). Muchas costaladas se han dado los clubes de esta ciudad para creer que uno grande y sólo no la va a dar. Lo que se tienen que grabar en la memoria los dirigentes de estos clubes es que si Alicante quiere élite, es Alicante la que ha de ayudar ahora apoyando a los diferentes clubes de la ciudad en sus respectivos objetivos; que es muy triste seguir escuchando aquello de " hasta que no esté en primera no me abono" y seguir creyendo en esta ciudad, o ver que el Pitiu Rochel, con su exigua capacidad, no se llene nunca para ver balonmano cuando fue el deporte que llevó a Alicante por toda Europa o que el Centro de Tecnificación esté con unos 2500-3000 espectadores y añorando la época buena de la ACB:¿Dónde están esos aficionados?. Alicante no tiene élite porque, sencillamente, no la quiere.
Respecto a los problemas burocráticos, el tema está en el Alicante CF que, ironías de la vida, lo mejor que le puede ocurrir es descender y demorar su conversión en SAD; porque, de mantenerse de milagro, su conversión sería obligatoria, sí o sí; sin embargo, con el descenso, los socios del club alicantinista lo tendrían más fácil, en teoría, para negarse a la fusión porque ésta sólo puede pasar por ser SAD.
Apunte Con todo, hay que felicitar al consejo del Hércules y, en especial, a su consejero Alcaraz por recuperar las marchas desde Luceros como antaño. No todo iban a ser quejas.