El futbolista
El futbolista es un profesional que se ha ganado, de puertas para fuera, una fama que es difícil de quitar. Son capaces de crear ilusión pero también desestabilizar un vestuario; de ser un bastión firme en la columna central de un equipo pero también mostrar pesar y desear marchar ante la sorpresa del aficionado; de estar pidiendo aumentos y más aumentos en su ficha pero luego es el primero en querer lograr la carta de libertad,etc. La pena es que por un jugador honrado, habitualmente un “jugador de club”, son bastantes más los que dan una imagen más voluble a lo largo del tiempo.
El jugador, por norma general, tiende a generar ilusión cuando llega a una ciudad para fichar por un club- sólo unos malos antecedentes en equipos previos pueden turbar la alegría del fichaje mas la esperanza de que cambie es lo que hace que la gente aún anhele la contratación-. Las fotos del día de presentación es una especie de purificación de todo el pasado del jugador pues sólo importa el futuro del jugador dentro del nuevo equipo. Su evolución a lo largo de la pretemporada, su trabajo, es el que determina sus primeros pasos con la zamarra del club. Todos sabemos que las jornadas iniciales definirán, en buena parte, la imagen del jugador para el público: si su juego y esfuerzo es encomiable y da resultados, el jugador ha tenido la suerte de ser apreciado mas si el inicio es catastrófico(no entra en convocatoria frecuentemente, no juega mucho y cuando lo hace, no le salen bien las cosas) su recuerdo acaba siendo marcado desde el inicio y, salvo una mejora sorprendente, la afición acaba sentenciando al jugador. Este estado de ánimo es el que hace que un futbolista luego salga o no “rebelde” a lo largo de la temporada: acaba quejándose en la prensa de que no juega, crea división en el vestuario pues, en ocasiones, el compañero en su puesto es una persona que rinde y ve como un compañero protesta porque su falta de ritmo se debe a que no es titular,etc. Lo más grave en estas situaciones es que cuando salen a jugar no rinden ni el diez por cierto en comparación con su rival. Otro aspecto es la famosa morriña o “saudade” y que influye en el rendimiento del jugador. En este caso, el jugador, le vaya bien(no es muy normal) o mal(habitual manera de salir libre de un equipo en el que no se siente cómodo) acaba clamando su libertad pues no se siente cómodo; de cómo justifique su marcha, la relación con la afición tenderá desde el respeto hasta la ira(por ejemplo, en Albacete están que trinan no sólo con Cámara sino, además, con Calle).
El futbolista es un trabajador afortunado en este mundo. Aunque sea un tópico, es de los pocos “oficios” en los que se disfruta del trabajo: entrenamientos que duran entre hora y media o dos horas durante cuatro o cinco días más el partido de fútbol(si lo juega), sólo una pretemporada donde el trabajo físico es intensivo en un momento en que el calor aprieta lo hace un poco antipático. Lo sorprendente es que este trabajo lo vapuleen con actitudes innecesarias que hacen que el aficionado lo acabe criticando, a veces, con razón.
Apunte Aún sigue coleando el asunto “Granada 74” y el lugar donde jugará sus encuentros en la LFP. A falta de poco más de mes y medio, se desconoce aún el estadio donde será “local” e, incluso, se barruntaría otras ciudades.