martes, mayo 22, 2007

La enésima rajada

En una temporada salpicada por más temas extradeportivos que otros aspectos más provechosos, las críticas de los jugadores o entrenadores han acabado siendo uno de los más lamentables sucesos acontecidos. La primera gran “rajada” llegaba con la baja sorprendente del que fue jugador herculano durante siete años, Carlos Castro: el sevillano se mostró molesto con Bordalás y vaticinó con acierto el fracaso del mister herculano a las primeras de cambio; otra crítica fuera de tono la emitió el propio entrenador alicantino cuando fue destituido y se mostró molesto tras el modo de comunicarle su cese. Entre las rajadas de los jugadores destacan las de Redondo. El lateral derecho ya se mostró enojado el año pasado cuando Mandiá apostaba por Castro en vez de él; con el manido tema de la cláusula de 25 partidos, el sevillano se mostraba molesto por lo que él llamaba coacción para renunciar a cambio de poder seguir jugando; por último, culminó su presencia en el Hércules con una crítica dura contra Subirats, tras quedar fuera de la convocatoria el pasado sábado. Estas han sido algunas de las más destacadas pero hubo más que se consideran “menores” o, en todo caso, “habituales” a lo largo de una temporada.

Salvo casos esporádicos y, en algunos casos, dignos de mención por estar opinando de jugadores que “hablan” sobre el terreno de juego, la mayoría de futbolistas acaban entrando al “trapo”, respondiendo a los periodistas por cualquier tema no carente de polémica. Las críticas habituales de los futbolistas es no entender la suplencia y/o no estar en convocatoria; a pesar de hablar de que no piden ninguna explicación al entrenador de turno, acaban reconociendo implícitamente que quieren saber las razones del entrenador por su ostracismo. A veces las críticas son beligerantes con el entrenador(el caso de Aaron Galindo con Uribe) y eso acaba significando la puerta de salida para el jugador. Otras críticas son, dentro de lo que cabe, “leves”: el futbolista que juega, acaba afirmando cosas para “exculparse” por el mal rendimiento y lo hace a través de la crítica a los sistemas del entrenador, dejándole en entredicho si lo comentado tiene algo de razón; ese el caso de Tote, por ejemplo, tras el partido ante el Ciudad de Murcia: el ex vallisoletano dejaba esa frase de “Cuando no sales a ganar, pasa lo que pasa”-en clara alusión a las tácticas conservaduristas de Uribe en varios momentos de un encuentro-. Esas son críticas que se encuentran en cualquier vestuario por lo que pasan inadvertidas; sin embargo, el mayor problema del futbolista es no encauzar ese egoísmo hacia unos fines mejores como es un mayor logro conjunto de su equipo: salvo que la dinámica sea muy positiva, lo habitual es criticar una decisión táctica, extradeportiva o cualquier incidente que altere un vestuario. Por cierto, también es cierto y comprobado que la sinceridad tampoco es el mejor camino en este mundo del fútbol: Benítez comentaba la necesidad de un descanso tras varios partidos como titular tras una larga inactividad, fue apartado del once titular y cedido al Rayo en el mercado invernal.


Apunte Tres años han pasado desde aquel artículo con el que comenzaba a tratar temas sobre el Hércules y otros aspectos generales del fútbol. Por ello, quiero dar las gracias a aquellos que han leído mis escritos de forma fiel y también a los que, por cuestión de azar del buscador, se pasaron por este blog. ”Grada Preferente“ nació sin más pretensión que aportar una opinión más y así lo ha hecho a través de su casi medio millar de entradas. También quiero extender este apunte para felicitar a otros blogs herculanos que se han ido creando a lo largo de estos años para seguir opinando de este club y hacerlo algo más grande.