Quizás le presencia del nuevo entrenador, quizás que estaba escrito este empate en Castalia pero el Hércules mostró, dentro de la imprecisión general, algo más de ambición que otros días. Con todo, el empate fue justo en un encuentro en el que difícil era que un equipo cogiera el dominio del balón debido a la gran cantidad de balones perdidos. El equipo salió con intención de controlar el "tiempo" y dispuso de alguna ocasión como el intento de Tote de driblar a Oliva tras un despiste de la defensa local y dejarle el balón al madrileño en un mano a mano con el portero. Los locales no tuvieron ocasiones serias de peligro pero habían cogido la manija del juego con lo que Aragoneses tuvo trabajo de tramite consistente en atajar cuanto balón le llegaba a sus inmediaciones sin mucho peligro. Pero la jugada de mayor peligro en toda la primera parte fue el fallo de Kike Mateo al rematar de cabeza una falta y en la que el balón se fue fuera por escasos centímetros y con Oliva batido. No era un juego vistoso sino bastante trabado y suerte hubo de ver alguna de las ocasiones. En la segunda parte, el juego siguió con la misma tónica. El Castellón tuvo sus ocasiones que Aragoneses evitaba que entrasen. El Hércules volvió a coger el dominio del juego. Parecía que se podía aprovechar cualquier ocasión, especialmente aquellos disparos lejanos de Piti o el de Kike Mateo que se fue por un lado de la portería pero agitó la red de tal manera que despistó a más de un aficionado. Sin embargo, a este Hércules algo le pasa y cuando Kike Mateo fue expulsado de forma rigurosa, el equipo bajó muchos enteros y los "orelluts" dispusieron de alguna ocasión más peligrosa como fue el disparo alto de Natalio a los pocos minutos de la citada expulsión. Con todo, el peligro también llegó de parte herculana: un balón desde el centro del campo fue desplazado con la cabeza por Moisés y le llegó el esférico a Piti, cuyo disparo no llegó al destino deseado por la afición desplazada a Castellón: las redes de la portería defendida por Oliva.
El empate tiene una visión negativa y otra positiva. La visión negativa es que el empate sabe a poco salvo que Almería y Lorca - que juegan en casa ante Albacete y Salamanca respectivamente- no sumen puntos y que, tal como está el Hércules en la clasificación, la victoria era fundamental para empezar a escalar y recuperar la suerte, muy negada para los que están abajo; la victoria del Madrid B al Ciudad de Murcia impidió adelantar puestos y la del Vecindario a Las Palmas permitió que un rival no se alejara. En el lado positivo está el hecho de haber roto una racha de cuatro semanas perdiendo y suma un punto. El inconveniente es que la victoria se hace casi imprescindible en la próxima semana ante el Salamanca, en tierras castellanas, en otro desplazamiento que, de haber perdido ayer, hubiera sido casi mejor pero al sumar ante el Castellón era importante encontrarse con la afición herculana en el Rico Pérez. Una vez rota la racha de no sumar, es importante que el próximo domingo se rompa otra más importante: marcar goles. Cerca de 400 minutos sin marcar en Liga son demasiados para un equipo con Moisés, Tote, Piti o Calandria. Lo importante es que el equipo dispone de más ocasiones en las dos últimas jornadas y creándolas es la única manera de romper semejante agujero negro en la estadística. No se cumplió con la máxima de "a entrenador nuevo, victoria segura" pero todo cambio en el banquillo se debe mirar siempre a partir de los partidos siguientes a los del debut.
Apunte Patético el arbitraje ayer de Pérez Lima en el Atlético- Recreativo. Desde el penalty señalado al equipo onubense hasta el final del partido todo fue un continuo error de una persona que demuestra que el arbitraje le viene grande. Poco importa que hoy se pueda sentir fastidiado pues el mal ya está hecho. Dos penas máximas pitadas y muy rigurosas, otra que no pita clarísima por empujón a Rosu, un gol con la mano de Agüero y un descomunal despiste a la hora de expulsar al defensa visitante es el cúmulo de quien tuvo miedo de que no ganara el Atlético.