Esa será la "hora D" de Mandiá en el Estadio del Mediterráneo, en la bonita ciudad de Almería, ante el enésimo equipo local que surge tras aquel AD Almería que llegó a la élite de la Primera División tras dos ascensos históricos consecutivos(de 2ªB a 1ª). Tras dos años luchando con los grandes se transformó en 1983 en el Polideportivo Almería, que vagó por la división de bronce hasta que en 1989 se estrelló en la Tercera División; en la 1992/93 le surgió un rival inesperado: el Almería CF, bajo la tutela del empresario de tiendas de deporte Guillermo Blanes, alcanzaba la 2ªB en su primera participación y dejaba al Polideportivo un año más en la Tercera División. Unos años de relativo éxito fueron tirados por la borda ante el Orense en una tarde de junio de 1997. De ahí la decadencia del fútbol local hasta que un año, el 1999, supuso el intento de resurgir del Polideportivo Almería; ese sueño mutó en pesadilla: el Poli no superó la promoción cediendo el paso del ascenso al UD Levante; ese mismo año, el mismísimo FC Barcelona llegó al Juan Rojas para jugar una eliminatoria de Copa del Rey en lo que fue la última vez que un equipo de ese calibre jugaba en la ciudad almeriense. Fue la última vez que sonó el Polideportivo Almería en una vertiente positiva porque en el 2000 abandonaba la 2ºB en el ecuador de la competición. En teoría, todo quedó en la temporada 2000/01 como la unión de los dos conjuntos de la ciudad para que de ellos surgiera la UD Almería pero el tiempo ha enseñado que no fue así: el Polideportivo Almería sigue jugando aunque sea en la 1ª Regional mientras el UD sería la redenominación del Almería CF. Las circunstancias hicieron que el equipo rojiblanco debutara en 2ªB con un ascenso pletórico. El equipo andaluz ha alcanzado la tranquilidad tras unos años en los que goles postreros salvaron al equipo de caer en la división de bronce. Como dicen las crónicas, ahora es la ocasión para que la ciudad vuelva a poder disfrutar del fútbol de élite.
El equipo que dirige Paco Flores no es, pues, una perita en dulce, precisamente. Es una amalgama de juventud y veteranía que está llevando a cotas de ensueño al conjunto rojiblanco. Eso sí, en esta ocasión, las bajas son bastante importantes y, en el caso de Crusat, definitiva. El joven extremo estará ausente durante un mes tras un accidente, con lo que Castro y Schiavi pueden estar algo menos intranquilos. Además de Albert, no estarán los sancionados Francisco y Manolo, ni los lesionados Francolí, Soria y Varela. No es un equipo fácil en casa como lo demuestra que apenas ha perdido siete puntos en su feudo. Del conjunto almeriense se recuerda el paso por Alicante de los jugadores Valerio y Luna, cara y cruz del herculanismo: uno fue artífice de ese ascenso en Badajoz mientras que el otro no llegó a tiempo de salvar del descenso a 2ªB al conjunto blanquiazul ya que sus goles llegaron muy a última hora. Aparte de estos jugadores, otro dato curioso es el pasado "espanyolista" de varios jugadores aparte del entrenador: el defensa central Carlos García, el lateral derecho Francolí, Constantin Galca, el interior derecho Toni Velamazán, el delantero Jonathan Soriano y el ausente, Albert Crussat. Ante ellos, el Hércules se encuentra con el cisma interior, esa sensación de que, en el interior de la plantilla, se ha acentuado la división latente en la afición: los que tratan de defender la permanencia de Mandiá contra aquellos que, sin contar para el gallego, no aceptan de buen grado su suplencia. No es hablar de hacer la cama al entrenador, es pensar en si darán todo de sí en pos de una victoria que daría aire al técnico. De lo que haga el equipo ante los andaluces, se sabrá la opción que tomarán los directivos presentes en el palco del estadio.
Apunte Lo que ocurre alrededor también salva al técnico herculano. El apoyo de los resultados a la permanencia de Víctor Muñoz en el Real Zaragoza se une a la duda de lo que ocurre en Elche con las derrotas de Julián Rubio en Lorca y ante el Levante, en su tercer debut como técnico ilicitano. Esa es la principal duda a la hora de cesar a un técnico. ¿Seguro que otro lo salvará? Ya se verá.