Me alegro. Aunque mostré reticencias a que viniera ahora, más por motivos relacionados con el recibimiento de la afición que por otros aspectos propios de él, el hecho de que llegue Bordalás al Hércules me agrada personalmente. Como he insistido en mucho sitios, he tenido la ocasión de haber conocido al ahora técnico herculano y, por ello, mi interés en seguir su trayectoria deportiva ha permitido quizás un poco más de conocimiento de ésta y ha crecido mi propia ilusión de que entrene al equipo herculano. No sé cuál será la razón pero veo en él, a un técnico valiente, una manera de recuperar ese espíritu del ascenso a Primera con Manolo Jiménez, aquel técnico que asombraba en el Benidorm, antes de recalar en el Hércules, gracias a Aniceto Benito. Era cuestión de esperar a que llegara al Hércules porque era evidente que, tarde o temprano, iba a entrar en el club blanquiazul debido a las buenas temporadas que ha tenido. Tras varios momentos en que ha rozado la posibilidad de entrenar al Hércules, en el día de hoy superó el último obstáculo para poder sentarse en el banquillo herculano. Ortiz no dejó pasar esta ocasión
Lo que es evidente es que ambas partes arriesgan: Bordalás, porque estamos hablando de un contrato hasta fin de temporada que puede salir bien(renovación automática a partir de media tabla) o salir mal(no dar las expectativas y, esperemos que no ocurra, el terrible regreso a 2ªB), y el Hércules, por apostar por un técnico que no asegura, desde el primer día, la unión de la afición, algo que tiene su importancia. La experiencia no es un factor tan determinante: muchos técnicos sin experiencia tampoco han notado este inconveniente y lo han hecho bastante bien. No todo va a ser negativo: Bordalás sí que puede ser el revulsivo que necesitaba el equipo si traslada al Hércules las virtudes que ha mostrado en el Alicante y que, pasa por encima de todo, por no dar los partidos por perdidos, una motivación impresionante y, dentro del juego, esas jugadas a balón parado que tanto daño hicieron al Hércules en los duelos con el equipo que dirigía Bordalás. El Hércules gana con el hecho de tener en el banquillo a un "hombre de la casa" en el sentido de que, a pesar de haber entrenado en el Alicante, puede conocer de buena mano cuáles son los fallos que tiene la plantilla herculana, conoce el entorno blanquiazul con lo que su integración puede ser, seguramente, su mejor baza contra aquellos que, en su día, se citaron como candidatos a entrenar en el Hércules tras la destitución de Mandiá.
Por último, espero que Bordalás pueda iniciar la temporada 2006/07 porque será la mejor señal de que todo ha ido bien.