Aunque es evidente que hay que jugar los noventa minutos ante el Alcalá y que el ascenso se tiene que confirmar sobre el terreno de juego, era obvio que los preparativos se fueran realizando con vistas al probable éxito para no caer en imprevistos. Preparativos que han tenido un cierto toque de polémica en lo referente al lugar de celebración: el lunes saltaba la noticia de que podría ser en la playa del Postiguet pero, al final, el Consistorio municipal decidió que fuera el tradicional lugar de celebración, esto es, la Plaza de los Luceros. Una vez asegurado este tema, se han establecido los parámetros: un autobús descapotable para que el equipo salga a celebrarlo con la afición en Luceros, la recepción en el Ayuntamiento con salida al balcón por parte de los jugadores, la tradicional visita al Monasterio de Santa Faz, etc. Entre el sábado y el domingo se llevarán a cabo las fiestas del ascenso, siempre y cuando, insistimos, que éste se logre el sábado alrededor de las once de la noche. Al cuerpo técnico le queda que la improvisación no aparezca en el equipo para no perder el control del partido ante un equipo limitado técnicamente pero con gran afán de querer mejorar su imagen. Una combinación de previsiones para que los espectadores acudan al Rico Pérez tranquilos de que no vaya a fallar nada.
Dejo para este párrafo la medida más controvertida: evitar la invasión de aficionados al césped cuando el colegiado finalice el encuentro. Se basa en la motivación de que los jugadores disfruten y hagan disfrutar a la afición del logro conseguido. Sin embargo, hay hechos que demuestran que no es fácil lograr esta medida. En Alcalá ya se vio las ganas de la gente de celebrar el ascenso aunque las maneras no fueron las mejores(no me refiero a los desagradables incidentes ocurridos con los enfrentamientos con la afición local y los escasos efectivos policiales). Como aficionado he vivido varios ascensos y logros importantes y he comprobado que, a veces, la fiesta ha devenido en estos sucesos, comprensibles, pero innecesarios. He visto invasiones totales(el recuerdo del día del Castellón, allá en 1984), invasiones salvajes(lamentables los hechos ocurridos en Montjuïch en esta temporada con rotura de porterías, "esquilar" el césped, etc),invasiones parciales con cada gol de Rodríguez en el día del Hércules - Las Palmas pero también unos preparativos perfectos en otros logros donde la afición quedó celebrando el éxito en sus localidades sin obligar a los jugadores a salir corriendo en dirección a los vestuarios. Desde el club y desde ciertos sectores de la afición se ha insistido, por activa y por pasiva, de que se evite la invasión en caso de que se logre el gran éxito. Sería importante recordar, además, los riesgos que puede sufrir el club por incidentes innecesarios(multas, apercibimientos, ¿cierres?) ya que, desde la Federación, van a estar más susceptibles a hechos desagradables. Que no se enturbie la posible fiesta.
Apunte Hasta Canal 9 ha querido apuntarse a la Herculesmania. La televisión autonómica ha planteado seguir un día más con su barraca para retransmitir el partido con una pantalla gigante. Si hubieran puesto algo más de empeño hubieran televisado ese Ceuta-Hércules que negaron con la peregrina excusa del despliegue costoso.