He querido tardar un poco para escribir algo sobre lo acontencido en Ceuta durante la semana pasada y, específicamente, sobre el domingo. Una vez jugado el encuentro en tierras norteafricanas paso a dar mi modesta opinión. Si bien nunca ha existido rivalidad entre ambos clubes, lo que se ha generado en la ciudad autónoma desde el lunes en que se realizó el sorteo ha rozado un alto grado de extremismo que sobraba en un encuentro que, es cierto, era de gran tensión por lo que se jugaban ambos equipos pero no provocar lamentables hechos. Las tretas, las polémicas absurdas, el problema de transporte, el comentario del entrenador ceutí que minimizó los incidentes de su afición con Mandiá sobraban; es más, sólo la penosa actuación del colegiado murciano haría inteligible cierto cabreo desde Ceuta. Pero no. Parece que, salvo milagro, la rivalidad con Ceuta permanecerá durante mucho tiempo, siendo cuestión de suerte, que no se crucen los destinos de herculanos y "caballas" en muchos años.
La primera situación polémica surgió por la decisión intencionada de la directiva local de jugar un partido a las 9 de la noche en vez de las 8, sabiendo que esa hora iba a trastocar, de inicio, la idea de la afición visitante ya que el ferry que va a Algeciras salía a las 10 y media; la siguiente polémica surgió en una charla de Mandiá con algunos periodistas en el que el técnico admite la decisión de cuidar la comida que ingerirán los jugadores y que provocó, gracias a su publicación en el INFORMACIÓN, de una polémica que alcanzó proporciones de alto nivel debido a la reacción del presidente de la ciudad autónoma- queda el hecho anecdótico de que el Hércules ha contratado a una nutricionista cercana al mister gallego-; el tema del ferry también puso a los aficionados herculanos con los pelos de punta ya que ,hasta las tres de la tarde del mismo domingo del partido , no había autorización pública para el retraso del ferry si bien la directiva herculana trató de limar los problemas que, al final, acabaron con la resolución de que el club iba a usar ese mismo ferry. El propio partido tuvo su historia. Muchos de los que acudieron a Ceuta han dejado escrito en foros o por ondas radiofónicas los incidentes sufridos por ellos debido a la actitud de un cierto sector local; también el propio equipo sufrió problemas con la afición local que les "obligó" a quedarse en el hotel por la mañana, los objetos que lanzaron durante el partido a Mandiá, al que consideraban responsable de, más o menos, decir que se "envenenaba en Ceuta" . Ya se sabe que de una noticia A a una noticia B sólo es cuestión de tergiversar lo que interesa para provocar la reacción deseada: de una simple intención de cuidar la alimentación a una acusación de envenenamiento hay un trecho y los medios locales de Ceuta vieron el cielo abierto para engrandecer una anécdota. El colmo llegó tres días después cuando Carlos Terrazas consideró de "trato exquisito" lo que ocurrió con el mister gallego. Como se ha comentado esta semana, la mejor manera de demostrar el señorío es no caer en las mismas tretas que el Ceuta cometió.
Apunte Asombrosa la actuación del colegiado murciano que expulsó tres jugadores: uno, Mora, está pendiente de que el Comité vea las imágenes para retirarle la sanción de cuatro partidos, otro fue producto de un error del árbitro que se equivocó de nombre mientras que Miguel no fue expulsado aunque el colegiado ya le había mostrado la tarjeta roja. Eso sí, respecto a Mora, ya es la segunda vez que lo expulsa tras ese trágico Hércules-Alicante cuando este árbitro expulsó cuatro jugadores herculanos. Como dicen por ahí, su "fama" ya es conocida en Ceuta.