Todo apunta a que Álvaro Cámara volverá a vestir la camiseta blanquiazul. El madrileño estaría forzando su marcha, incluso pagando su cláusula de rescisión por tal de jugar en el equipo en el que acabó encumbrándose tras sus discretos pasos por Mallorca, Córdoba o Fuenlabrada. Aquí recuperó las ganas de jugar al fútbol cuando su paso por el equipo madrileño daba la sensación de que era una manera muy temprana de quedarse enterrado en la 2ªB. Llegó en el momento más crítico de la entidad, a un punto del descenso, con una increíble racha negativa de toda una vuelta en casa sin ganar y con el cuello del entrenador pendiente de si caía el hacha o no. En diciembre del 2003 llegaba acompañado de otros jugadores que no tuvieron su suerte. En ese periplo de dos años y medio, su juego ha sido regular en el sentido de un rendimiento parejo con pocos momentos malos y otros tantos buenos, pero, por lo general, cumplió, incluso cuando más se apuntaba su marcha hacia tierras manchegas. Con todo, el mejor recuerdo para el aficionado se resume en un mes escaso, el de junio de 2005: tres goles, tres, que llevaron en volandas a Segunda División: el de Ceuta, fundamental; repetía ante el equipo norteafricano en el Rico Pérez con un potente chut que se colaba como una exhalación por la escuadra; y, por último, el célebre gol que marcó en Alcalá de Henares y que terminaba de encarrilar el ascenso de categoría. En Segunda quizás su rendimiento no fuera el mejor pero ello responde a dos motivos: el altísimo listón que se puso con ese mes de junio y porque en Segunda, aparte de ser más compleja, hubo una serie de acontecimientos que no ayudaron ni a él ni al resto de sus compañeros a lograr una mejor clasificación. Se marchó a Albacete con cierto resquemor porque su despedida no fue la deseada. Pero el tiempo el da una segunda oportunidad para volver a disfrutar vestido de blanquiazul.
Con su regreso se une a otras figuras que volvieron en otra ocasión tras un ascenso. No suele ser habitual pero acaban haciéndolo, conscientes de que ésta es su casa: Eduardo Rodríguez, Alejandro Varela y Manolo Alfaro son algunos de los ejemplos en el caso de futbolistas- por no hablar de dos entrenadores como Quique Hernández y Manolo Jiménez-. Se suele decir que segundas partes nunca son buenas, quizás sea así pero nunca está de más un jugador de ese calibre en el Hércules. Al igual que Manolo Alfaro, su labor va a estar más cerca de unir el vestuario que de su faceta deportiva que, por cierto, será limitada mientras siga recuperándose de la lesión de su rodilla.
Vendrá el centrocampista en medio de una clara división de opiniones entre los partidarios de que venga y de los que no le perdonan aún su marcha al Albacete. Quizás porque quiero pensar bien de determinadas personas, ese es el motivo de que valore positivamente su llegada: esa sensación de que viene arrepentido de ese cambio, porque lo terrible de estar bien en un sitio es que cuando no estás es cuando más lo valoras. Cámara no tuvo reparos en decir lo que sentía en la previa del Hércules-Albacete-cierto es que se tuvo que retractar en los medios locales albaceteños-y confirmar que echaba de menos Alicante, el mejor recuerdo de su vida deportiva. Como es de esperar, el futbolista es consciente de que su labor va a ser mirada con lupa, va a tener que convencer a muchos de que seguirá siendo el mismo.
Desde aquí, desde este blog donde ya escribí una carta de homenaje, le doy la modesta bienvenida de una aficionado. Suerte.
Apunte Brillante ha sido la decisión del foro machohercules.com de cambiar el indigno nombre del post dedicado al Alicante dejándolo con el nombre correcto de la entidad dirigida por Iniesta. Que la rivalidad deportiva, el pique sano se quede dentro del terreno de juego. Que las imágenes de los aficionados de Real Betis y Sevilla juntos, con motivo del fallecimiento de Puerta, sea el mejor modo de hacer comprender que ésto es un simple juego que no vale la pena llevarlo más lejos de la puerta de salida de la grada del estadio.