Son varios los titulares tópicos de una derrota como la de ayer: “desarbolados”, “derrota que escuece”, “descalabro”, etc. Lo de ayer fue un palo grande por las ilusiones generadas media hora antes con la presentación de los jugadores. Es cierto que un resultado de pretemporada no debe servir pero la realidad es que tiene un cierto componente que no es desdeñar: los resultados positivos ayudan en la campaña de abonos(con matices pues un 0-6 al Torrellano no es nada del otro mundo) pero, sobre todo, la imagen del equipo es la que puede hacer más grande la campaña. La derrota de ayer dejó un regusto amargo. No es que se esperara una victoria aplastante pero sí, al menos, jugar de tú a tú con el Villarreal y mostrarle los dientes; si luego se perdía, mala suerte, pero mostrar una imagen que hiciera al aficionado vaticinar lo que pudiera hacer el equipo con el tiempo.
Un análisis sobre el estreno de ayer revela que hay dos líneas en las que ha de pasar buena parte del éxito: por un lado el centro del campo en su doble faceta destructora(Rodri) y creativa(no fue la noche de Montenegro, más ofensivo que creador de juego); por otro lado, la defensa. Ambas líneas deben filtrar el juego rival para que el cancerbero disponga de las ocasiones justas para intervenir y, a su vez, una vez cubierto el objetivo de no recibir, crear las suficientes oportunidades para lograr goles. Aparte de que la delantera ya está bien cubierta y que la portería será propiedad, de principio a fin, de Sergio Aragoneses, los progresos de estas tres semanas que faltan para el debut debe pivotar sobre tres - cuatro aspectos a tener en cuenta: tener en cuenta que Llera y César son centrales lentos con lo que será fundamental la presión desde arriba hasta la zaga par evitar que se les encare, es absolutamente necesario que los laterales sean naturales y dispongan de las bandas y apoyar a los interiores; Rodri deberá olvidarse de algunos palos y mirar hacia delante(la primera parte no lo hizo mal, omnipresente, pero la segunda parte fue más a menos, especialmente desde su fallo en el 0-2) pues su labor va a ser necesaria y, por último, la labor del organizador que debe contactar tanto con Tote como con Blas Pérez. Aún quedan tres semanas para jugar el primer partido oficial y el trabajo es laborioso. La derrota, según el entrenador, puede ser positiva. Ahora está en su mano tomar las medidas si ha aprendido las lecciones del encuentro de ayer.
Apunte Ayer se presentó no sólo la plantilla sino la nueva camiseta que Kelme aportará en su previsible último ejercicio como proveedor de marca deportiva. La variación es sustancial: medias negras(se echa en falta alguna banda blanquiazul como la de aquellas primeras temporadas en la élite), desaparece la franja negra con los distintivos de la garra para limitarse a un simple triángulo a la altura del hombro lo que hace que la franja blanca llegue hasta la costura y, por último, la espalda es azul con dorsales en blanco dejando la franjas blanquiazules en la parte inferior de la camiseta.