domingo, febrero 25, 2018

Tiempo perdido

Las matemáticas tienen un pequeño defecto: a veces, destapan duras realidades. El  Hércules CF se planta en la jornada 27ª, a once partidos del final, en 38 puntos. Quedan 33 en juego y un pleno de victorias lo llevaría a 71 puntos, obviamente imposibles de imaginar. Con un play-off moviéndose alrededor de los 63-65 puntos, eso daría a menos de diez puntos de margen de error...y un empate ya suponer perder dos. El 2018, además, se ha convertido en una sangría de puntos: 9 de 24 posibles. Es cuestión de tiempo saber en qué momento será inaccesible llegar a 60 puntos(quedan 22 puntos en 11 partidos) y virtualmente fuera del play-off. Una sangría, como decía antes, que comenzó Siviero(15 puntos perdidos en nueve jornadas), que continuó Claudio Barragán(26 puntos perdidos en dieciséis jornadas) y Visnjic ha abierto el contador con dos puntos.  Sé que el pleno es imposible pero llama la atención que han perdido más puntos de los que se han ganado(46,91%). El Hércules CF entrenado por Álvaro Pérez(temporada 2001/02) había sumado 48 puntos a estas alturas(59,26%).El equipo del Hércules CF que, clasificándose para el play-off al final, había sumado menos puntos a estas alturas fue el de la temporada 2014/15(44 puntos). 

El problema del tiempo perdido es que deja una permanente sensación de necesidad de sumar de tres en tres, una jornada tras otra, y eso es incompatible con el error humano. Necesitas la victoria pero eso implica en el jugador una situación de necesitar parar todo lo que llega(portero), impedir que lleguen los rivales(zaga), dar buenos pases(centro del campo) y una eficacia relevante(delantero). Se puede dar y el fútbol ha dado ejemplos de salvaciones milagrosas pero, lo normal, es que el equipo transite en la parte media-alta de la clasificación. La única opción, aunque sea evidente, es engarzar varias victorias consecutivas pero eso es complejo, además del impacto que puede ocasionar un mal resultado en una racha positiva.

La pena de esa presión de más es que convierte un partido bueno en un sinsabor, uno más. El juego fue bueno, mereció ganar el equipo blanquiazul más que otros partidos pero el empate deja otros puntos en el camino y el margen estrecho obliga, una vez más, a ganar en Peralada. Ya no es una cuestión del cuarto, es sumar tres puntos para superar la barrera de 40 puntos cuando faltarían diez jornadas por jugar, esa cifra mágica que Don Luis Aragonés estimó para lograr los objetivos...y el equipo está mal posicionado en una lucha contra sí mismo.  El rival también puso en problemas al equipo de Visnjic, pero eso era algo esperado en un segundo clasificado. Al menos, no fue una derrota como los últimos cinco partidos de Liga entre ambos rivales.

Apunte Tanto el portero del Duisburgo, Mark Flekken, como nuestro propio Ismael Falcón tuvieron un momento "bug" en sus partidos. El "bug" es un término conocido en el mundo de las videoconsolas: es un fallo que genera una actitud rara en un jugador de un videojuego, una insólita ubicación en el terreno de juego o gesto.